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Los primeros rayos del sol comenzaban a entrar por la ventana anunciando que estaba amaneciendo, era muy temprano pero no podía seguir durmiendo, me sentía mal por lo que había hecho anoche.
Ni siquiera quería levantarme a verme al espejo por qué sabía que las marcas serian aún mas notables.

No quería ni imaginarme lo que iba a pasar o cómo iba a reaccionar Mikey al enterarse de lo que había hecho, me daba miedo el simple hecho de pensarlo.

Permanecí acostada y el reloj marcó las 9:00 a.m, llamaron a la puerta y sentí mi corazón detenerse por un momento para después latir a mil por hora.

–Si?

–Señorita le traigo su desayuno.

Al escuchar la voz de la chica me calme e incorporé.

–Puedes pasar.

La chica entró y colocó la mesita donde traía el desayuno sobre mis piernas, se disponía a irse pero antes me quería asegurar de algo.

–Con permiso.

–Espera... y Mikey?

–Creo que sigue en su habitación.

–Sanz... los demás?

–Creo que también siguen en sus habitaciones pero no tardan en bajar a desayunar.

–Está bien, gracias- le dedica una sonrisa y salió.

Si antes evitaba salir ahora menos lo haría, me quedaría en la habitación todo el día. Era un buen plan por qué Mikey no solía ir a verme así que pensé que funcionaría.

Ni siquiera tenía hambre pero aún así comí un poco. Y conforme avanzaba el día me sentía menos segura, pensaba que Mikey entraría totalmente molesto por la puerta. Estaba un algo nerviosa.

A medio día comenzó a escucharse más movimiento de lo usual en la planta baja y afuera, me asomé por la ventana y pude divisar que los chicos iban de salida y como regalo del cielo pude ver a Mikey subir a uno de los autos para salir también. Cuando lo vi subir pude tranquilizarme casi por completo.

Sabía que no me dejarían sola en la casa hacía que uno de ellos tuvo que haberse quedado, pero por mi estaba bien. Que Mikey saliera aseguraba que al menos ese día no se daría cuenta o eso creí.

Ellos solían salir y regresar muy tarde casi de madrugada o incluso en algunas ocasiones de madrugada. Pensé que esta vez sería igual y qué tal vez se daría cuenta hasta mañana pero había olvidado un pequeño detalle que más tarde desataría un problema.

...

El resto del día transcurría bastante normal, cuando me trajeron la comida pregunté quien estaba en la casa y la chica me dijo que todos habían salido a excepción de Takeomi.

Eran las 9:00 p.m y seguía algo nerviosa así que decidí darme un baño para después recostarme, estando en la regadera me di cuenta que las marcas en mi cuerpo efectivamente eran más notables y aún seguían doliendo.
Termine y salí quedando desnuda frente al espejo cuando escuché que la puerta se abrió para después ser azotada y antes de poder reaccionar y cubrirme se abrió la puerta del baño, era Manjiro y estaba enfurecido como nunca lo había visto, entro y se detuvo para mirar mi cuerpo detenidamente, su mirada se volvió incluso aún más fría y cuando me miró a los ojos me sentí aterrorizada.

Me tomo del brazo y me jalo fuera del baño aventándome contra la cama, se dirigió al armario y saco lo primero que estuvo a la vista.

–Vístete, rápido!!!

Termine de vestirme y me tomo de nuevo del brazo para después salir de la habitación. No decía nada, me jalaba con brusquedad por el pasillo para después bajar las escaleras y salir de la casa.
Al salir el aire helado golpeó mi piel aún mojada, del cabello aún caían gotas de agua haciendo que el frío sentía se intensificara.

𝑴𝒚 𝒃𝒐𝒚 𝒊𝒔 𝒂 𝒄𝒓𝒊𝒎𝒊𝒏𝒂𝒍!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora