M I E L

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Mis pokémon y yo necesitábamos un respiro y las aguas termales de Lavaridge Town eran el lugar perfecto para descansar

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Mis pokémon y yo necesitábamos un respiro y las aguas termales de Lavaridge Town eran el lugar perfecto para descansar.

De acuerdo a las indicaciones en la ruta, Port City estaba cerca y desde ahí, tenía que tomar un barco para llegar a mi destino.

Estuve cerca de lograrlo, de no ser porque me había encontrado con una apicultora y su casita en medio de la ruta, estaba tan fascinada por su tarea y el hecho de que no hubiera nada más alrededor, que no me percaté de que tenía que partir desde hace mucho para alcanzar el último barco.

Me despedí torpemente de la mujer, pero ya era demasiado tarde.

Apenas había logrado llegar a una pequeña montaña alta a unos cuantos metros más adelante para contemplar a lo lejos el navío desaparecer, solo se veía el mar y la suave espuma que el motor había dejado como rastro.

Diablos, había pasado justo lo que no quería que pasara.

Quería llegar ese mismo día a Lavaridge Town para descansar y moverme a mi próximo destino, pero bueno, estaba a tiempo y un día de retraso no harían la diferencia, tendría que pasar la noche en Port City para irme a primera hora por la mañana.

Suspiré con pereza.

— Eso te pasa por distraída — Me regañé.

El sol ya se estaba escondiendo, así que imaginé que terminaría de oscurecer en una hora. Las indicaciones en la ruta se terminaban a esa altura y no tenía muy claro cómo llegar, así que decidí ir con la apicultora para pedir indicaciones.

Volví sobre mis pasos y comencé a avanzar con prisa en dirección a la casita de la adorable mujer, una cabaña pequeña, de madera obscura y de un piso, lo más destacable eran las dos cajitas de colmenas en la parte trasera de su jardín.

Ella todavía estaba justo dónde la dejé, de pie en la entrada, regando sus plantitas.

Ya no tenía su traje puesto y en cuanto me vio a la distancia, puso las manos en la cadera, cosa que me hizo recordar a mi madre.

— No quería decírtelo querida, pero era imposible que llegaras al muelle desde acá, todavía tendrías que llegar a Port City para tomar el barco

Me reí nerviosamente, avergonzada.

—Por eso he tenido que volver — Me rasqué la cabeza — ¿Me puede indicar como llegar al puerto? Es que las señales solo llegan unos metros más adelante.

Ella asintió y avanzó hasta ponerse a mi lado, justo en medio del camino.

—En realidad no está lejos, solo tienes que seguir esta vía, derecho, como si continuaras el camino que forma el pasto de forma natural, vas a llegar a un lugar dónde el camino se corta y se divide en dos ¿Sí? Esta parte es la importante.

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