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N a r r a d o r


Días pasaron, desde aquella pelea, entre ambos jóvenes.

No se habían dirigido la palabra por un tiempo... Y a los dos les afectaba silenciosamente.

Frustración, tristeza, amargura... Eran sentimientos que de a poco manchaban sus corazones confundidos.

Y el no hablar con el otro con la misma frecuencia que de costumbre se les hacía ya raro... Antinatural a esas alturas.

En estos momentos, Izuku caminaba por los senderos de la academia, era de día, y el sol lo iluminaba todo, pero aún y con ese clima tan cálido, se llegaba a sentir extraño.

Se sentía frío, la incomodidad invadía y calaba en sus huesos, como el anuncio de que una tormenta estuviera a punto de asomarse... Oh tal vez solo era el, pensando todo de forma exagerada.

Abstraído en sus pensamientos, caminaba pateando todo lo que se pusiera en frente.

Aunque trató de ser razonable y maduro con el tema y lo que sentía, simplemente no pudo poner nada en orden, todo fue un intento fallido que de a poco perdió el sentido...


¿Porque la situación le molestaba te tanto?

No podía simplemente ir a pedir disculpas, no iban a ser aceptadas, y menos ser dichas de manera sincera.

Y para colmo... Desde aquella vez, Toru se había alejado silenciosamente de el, de seguro por el motivo de su reciente confesión y el ya no poder verlo a la cara.

-¡Vaya mierda!- dicho eso, golpeó con dirección al cielo, lanzando una ráfaga de aire veloz, proveniente de su poder.

Las nubes se separaban y algunos pájaros de árboles cercanos volaban despavoridos.

El solo jadeaba en ese solitario lugar... Mientras su brazo temblaba, de forma imprudente, se había lesionado.

¿Cuánta más tortura habrá?

-No crees que eso fué... ¿Malo?- dejando fuera de mente la idea de repetir lo mismo, una voz llegó hacía los odios del pecoso, el cual se giró a ver de quién se trataba.

Al voltear, se centró en esa cabellera dorada... Aquella que días anteriores, lo había escuchado llorar en silencio.

Aquella que, de manera extraña para el, estaba ahí en un problema que no la beneficiaba en nada... Solo le sonreía dulcemente.

- ¿Caminamos?- le ofreció, moviendo sus dedos en seña de ya irse.

El solo, fué.. ignorando su brazo por el momento, se incorporó a ella y su paso despreocupado, al menos caminaría un rato...

No le dirigía la palabra, por momentos pensaba que era lo mejor, oh qué simplemente.

Hablar de algo no era lo mejor.

Pero como las cosas nunca van como el las quiere en su momento.

- Estabas... Pensando en ello no?- tal vez perceptiva, oh por mera casualidad, pudo dar en el clavo.

El cerró un poco los ojos, no quería admitirlo, pero tristemente era la realidad.

- Que sucede... Si, ¿Digo que si?- No había mucha diferencia entre si se negaba o no, de todas formas... La chica se iba a enterar.

M͟i͟r͟a͟d͟a͟s͟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora