La noche caía lentamente en la ciudad de Japón, el cansancio de un día más, era demostrado por todos los que con alegría se dirigían a sus casas a ver a sus familias.
La UA, a oscuras, solo era la prueba de que los héroes ya se encontraban descansado.
Algunos se encontraban reposando sus cansados cuerpos.
Nuestros protagonistas, estaban cada uno inmersos en sus propios pensamientos, e inevitablemente, invadían los del otro.
Era tan frustrante, los dos lados de encontraban molestos consigo mismos, y solo... Querían pensar que ya para mañana, iban a poder verse otra vez.
Pero...
Hoy no vinimos a hablar de ellos...
La luna, era el reflector natural de una habitación, de extravagante aspecto.
Solo reflejaba los gustos, de la persona residía dentro de la misma.
Que a estás horas, y por motivos varios, no era de sorprender encontrarla despierta.
Su mente divagaba por muchos rincones, y se estancaba en muchos otros.
Desorientada, mira la pantalla de su teléfono.
~ 01:30 ~
No era de sorprender para ella.
Pues.. Mina Ashido, ya estaba acostumbrada a desvelarse.
A siempre estar a estás horas sola y si mucho que hacer.
No es como si me pudiese quejar-Con desganado, solo se dejó caer de nuevo en su cama, que aunque cómoda, el frío la invadia.
Viendo fijamente al techo, dejaba llevarse por sus pensamientos... Y cerrando lentamente sus ojos.
Su mente, se mantuvo con un recuerdo en especial...
[...]
Y tú...¿Quién eres?-.
En las puertas de un edificio, dos personas se hallaban frente a frente.
No era así, hasta hace un par de segundos, dónde el que estaba más cerca a la salida, decidió dar la cara dándose la vuelta.
Sus ojos se veían fijamente, la lucha entre el Esmeralda y el dorado había sido ganada y consumida por la noche que traían los mismos.
Oye, te e hecho una pregunta- Con demanda, la segunda persona reclamaba una respuesta.
El se asustó, en definitiva no quería estar más tiempo ahí.
Cada gota de sudor que bajaba por su cien, era un segundo más del cual ya no disponía de evitar aquella pregunta.
Así que, con el corazón en la mano.
I-izuku...- soltó sin más.
¿Solo izuku?- Al parecer aún no le convencía la respuesta, aún quería más.
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M͟i͟r͟a͟d͟a͟s͟
Hayran KurguMiradas, aquel fugaz contacto que conecta las puertas al alma. Y que en ciertos casos... Enseña cosas nunca antes vistas.