Todo por la nota

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Ya era el segundo día desde que habían iniciado el proyecto. Era sábado por la tarde y el mexicano esperaba en la puerta de su casa por la llegada de sus hijos. 

En la mañana, se había sorprendido al ver un mensaje de un número desconocido, avisando que a las 5 pm iría a su casa. Resultó ser nadie más ni nadie menos que el gringo.

¿Cómo había obtenido su número y sabía su dirección?...

Simple, Perú.

- ¿Será él? -se preguntó a sí mismo al notar un auto negro y moderno a lo lejos- Sí, debe ser él

El tricolor se acercó más en la acera, esperando a que el vehículo se detenga.

Efectivamente, ahí estaba su queridísimo esposo. El cual abrió la puerta del carro y salió junto a unos guardaespaldas, dejando ver a las bendiciones.

- "¿Qué verga?" -se sorprendió al ver que sus hijos estaban abrochados en unas pequeñas sillas de auto para bebé.

- Aquí están, sanos y salvos -el estadounidense le entregó sus hijos al mexicano- Aquí tienes sus cosas, creo que son lo necesario por el momento -uno de los guardaespaldas bajó una maleta de bebés del vehículo  y se lo dejó al lado del tricolor- Tendrás 3 horas para cuidarlos, a las 8 regreso para llevarlos conmigo

Apenas terminó de hablar, se acercó a sus hijos y les dio un beso a cada uno en modo de despedida, diciéndoles que se porten bien y que los iba a extrañar. Subió al auto junto a los guardaespaldas y se marchó. 

México ingresó a su casa aún sin creer lo que había pasado hace apenas unos instantes. Dejó a sus hijos en el sofá con cuidado y tomó la maleta para ver su contenido. Habían mini pañales, mini biberones, mini sábanas, todo lo que un bebé usaría pero en miniatura.

Se soltó unas carcajadas al agarrarlos, al ser pequeñas, tenían un aspecto tierno.

Suspiró.

No le caía del todo bien el gringo, pero debía de admitir algo...

Era agradable ver cómo Usa hacía su papel de padre primerizo.

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Era domingo y cierto ruso fue a la casa de su mejor amigo para tener algún consejo.

- ¿Tan mal estuvo? -preguntó el alemán mientras tecleaba en su laptop.

- Más horrible de lo que te imaginas -suspiró el ruso, quien estaba echado en la cama de su amigo- Ni siquiera me dirige la mirada

- Bueno... en parte, tú tuviste la culpa

- Gracias por la aclaración

- Oh vamos, quién fue el que le dio la idea del divorcio y no se atrevió a hablarle luego de cuatro días

Sí, ya habían pasado 4 días. En ese lunes, Rusia intentó acercarse al peruano, incluso lo llamó cuando estaban solos, pero el menor ni una mirada le dedicó.

- ... Está bien, está bien, yo también tengo la culpa pero no sé qué hacer

- Ciertamente, no eres bueno para romper el hielo... Pero debes hacerlo, si no cuidas a tu hijo, Perú le puede decir al profesor que no colaboraste y no tendrás nota

Rusia se levantó de la cama rápidamente.

- Me niego a tener un cero, nunca he sacado baja nota y si papá se entera me mata

- Entonces, ve y discúlpate

- ¿Y si me odia tanto que no me perdona?...

El alemán apartó su vista de la laptop para mirar a su amigo. Para ser sincero, le daba un poco de gracia la situación del ruso. Ni con México sufrió tanto como ahora sufría con su "ex esposo".

- Si no te perdona, tendrás que rogarle

- P-pero

- Pero nada, esto ya no es cuestión de orgullo, la nota es algo serio y debes hacerte responsable de tus acciones. Además, es Perú, lo más probable es que pueda darte una segunda oportunidad, él es muy amable.

- ¿Cómo estás tan seguro de eso?

- Al igual que tú, casi no hablo con él, pero de las pocas veces que hemos conversado, no me ha parecido una mala persona. Es agradable y se preocupa por el resto

- A todo esto, ¿qué tanto escribes en tu laptop?

- ¿Ah? -volteó a ver la pantalla- ¡Oh! Estoy leyendo artículos sobre la paternidad. Tengo mellizos que cuidar.

- ¿Quién era tu compañero?

- Es Chile. Por esta semana, él tiene a nuestros hijos, a la siguiente yo los tendré, así que quiero estar preparado.

- ¿No me habías dicho que Chile te caía mal?

- jajaja -rio nervioso- sí... bueno, solo fue un mal entendido. Gracias a este proyecto, pude conversar mejor con él e hicimos las pases

El ruso se volvió a echar en la cama.

- Ojalá pudiera también hacer las pases con Perú así de fácil...

- Tú mismo te complicas la vida... -susurró el alemán.

- ¿Cómo?

- ¿Te parece si buscamos algunas ideas para reconciliación por internet?

- mmm no suena mal

Y así, ambos chicos se pusieron a leer distintas páginas web en todo el día.

Aprendiendo a ser padres (Rusper / Usamex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora