Pasaron los días, para algunos de forma lenta, para otros de forma rápida. Lo cierto es que el tiempo es relativo y, dependiendo de tus sentimientos, este será definido.
- ¿Todo listo? Debemos ir rápido antes de que Perú se preocupe -dijo el estadounidense, mirando a sus gemelos para asegurarse (por tercera vez) que estén bien.
- Sí... -el ruso, por su parte, se encontraba en la puerta de su casa con las cosas de Urep. Desde aquella vez, se sentía incómodo con la presencia de Usa, más cuando estaba cerca de Perú. No podría explicar exactamente ese sentimiento, pero no quería sentirlo.
- Cool, justo llegaron -se alegró el de estrellas al ver a su chófer y sus guardaespaldas llegar.
Hoy era un viernes ajetreado para nuestros protagonistas. Su misión: llevar a Urep sana y salva con Perú.
El peruano y el mexicano salían a las 6 de su trabajo. Y como era fin de semana, Perú quería tener a su bebé los sábados y domingos, los días en que ya no trabajaban.
Sin más, el estadounidense y el ruso se subieron al vehículo para dirigirse a la casa de "sus esposas". Una vez llegaron, fueron recibidos por México y Perú.
- Aw, mi bebé hermosa, te extrañé tanto -el peruano abrazaba amorosamente a Urep y la llenaba de besitos suaves.
- Exagerado... -mencionó México en un suspiro mientras tomaba a Richard Eggy y Clara Haus, y los colocaba en su cochecito.
- Excuse me? -dijo Usa indignado- Nunca subestimes el amor de una madre por su hijo -abrazó a Perú por los hombros- Vámonos, darling
Tanto el ruso como el mexicano se quedaron viendo cómo Usa y Perú entraban a la casa juntos, quizá demasiado juntos...
Otra vez ese sentimiento extraño se presentaba en Rusia. Esa incomodidad en el pecho que no lo dejaba tranquilo.
Si supiera que no era el único que se sentía así...
Ambos entraron llevando consigo el resto de las cosas dejadas en el vehículo. Vieron a los "mejores amigos" sentados en la sala, así que también fueron para allá.
Ese día, España tuvo que acudir a su trabajo. Al parecer, había ocurrido una emergencia. Así que, en la casa, solo se encontraban los cuatro muchachos.
- Estrellitas, ¿me acompañas para preparar algo?
- P-Pero sabes que yo no...
El estadounidense estaba confundido, su amigo sabía de su casi nulo conocimiento en la cocina. Podía ser bueno para los números, las estadísticas, estrategias, deportes, pero para la cocina no. ¿Por qué le pediría ayudarlo? Solo estorbaría...
- No importa, solo ven, ¿si?
- Well... -los siguió con cierta duda.
Mientras que ese dúo se retiraba, el ruso y el mexicano empezaron a conversar sobre las clases y una que otra cosa trivial. El quien más hablaba era México, cosa que para Rusia estaba bien ya que él no era casi de hablar. Aunque hubo algo que le llamó la atención y fue el hecho de sentirse más seguro al lado del mexicano. A comparación de antes que no podía ni articular una sola sílaba, ahora se sentía más calmado consigo mismo.
- ¿Qué estarán haciendo?... -susurró México.
- ¿Qué dices? -preguntó el ruso.
- Ah, bueno, es que... Como que ya están tardando, ¿no?
Y otra vez esa incomodidad en su pecho...
- ... ¿Vamos a ver qué hacen? -propuso el más alto.
- ... -el menor se quedó pensando por un rato, espiar a otros es malo... Nah, qué importa, quería hacerlo- Vamos
Ambos se levantaron y se dirigieron a la cocina. De forma sigilosa, se acercaron y asomaron su cabeza para ver qué pasaba dentro de la cocina.
- ¿Ves? Ahora solo falta freír -dijo entre risas el peruano.
- Siempre haces que esto parezca sencillo... -le respondió en un suspiro el estadounidense.
- Esta receta es sencilla
- ... -el mayor lo miró fijamente y señaló con su mano a un churro deforme.
El peruano soltó unas carcajadas.
- Es cuestión de práctica, estrellitas. Yo no aprendí de la noche a la mañana. A mí parecer, lo has hecho muy bien
Usa soltó otro suspiro y sonrió. Perú siempre le levantaba el ánimo.
- Oye... -el menor habló bajo- ¿Sabes? Un pajarito me contó que cierta persona era un "chico problema"
El de estrellas se tensó ante esto.
- ¿E-En serio? Y... ¿De quién hablaba?
- mmm un chico alto, a quien apodo "estrellitas" y que casualmente está a mi costado
El mayor tembló ligeramente. No podía creerlo. Realmente no quería que Perú se enterara de eso, de su pasado. No él. No su único y mejor amigo...
No quería volver a estar solo...
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Aprendiendo a ser padres (Rusper / Usamex)
RomanceQuién lo diría... Con tan solo 15 años, estos muchachos ya iban a estar casados y con hijos. Sí, debían de cuidar a esos huevos como sus niños o les costaría el bimestre. Parejas principales: Rusper y Usamex Los dibujos de la portada a su respectivo...