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"Consuelo"

Abre la puerta de su hogar con la copia de llaves que posee. Mikey entra primero en silencio, no ha dicho nada en un buen rato, algo que lo comienza a preocupar más de lo normal.

No está acostumbrado a estar con el rubio sin que él hable, es poco común encontrarlo así de callado como está ahora. Sabe la razón de su silencio, pero quiere comunicarse con él para poder ayudarlo.

─Oye Mi-.

─¿Puedo tomar un baño? ─Le cortó la palabra, preguntando aquello sin despegar la mirada del piso.

─Oh, sí, por supuesto que puedes. Tú ve, te llevaré una toalla y algo de mi ropa ¿de acuerdo? ─Mikey asiente sin mirarle para luego dirigirse al baño de la casa, ya sabía de memoria en donde quedaba por todas la veces en que había ido.

Mientras tanto Mitsuya se dirige a la habitación que comparte con sus dos hermanas, yendo a un lado de la habitación; su lado. Ahí se acerca a su armario, sacando una toalla limpia y ropa que esperaba le quedase bien a Mikey.

Sabía que no era muy necesario darle algo más de ropa siendo que podía volver a ponerse la de la escuela, pero dudaba que el rubio quisiera quedarse con aquella ropa que seguramente estaba totalmente impregnada en el horrible olor de ese Alfa. Él no podía sentir esas feromonas, pero sabía que era así, que ese tipo desprendió todo su olor alrededor de Manjiro. Eso le molestaba demasiado.

Ya en la puerta del baño tocó tres veces, el agua se escuchaba corriendo y nadie contestó. Para no molestar tanto abrió un poco la puerta y dejó en un pequeño mueble lo que traía, luego de eso la cerró despacio y se dirigió a la sala de estar para esperar al Sano, quien estaba dentro de la bañera, con los ojos cerrados, sintiendo como las gotas de agua caían y se deslizaban por su espalda.

Su mirada estaba perdida en el agua que se iba por el desagüe, y la única palabra en su mente era porqué. ¿Acaso hizo algo para merecer aquel abuso? El solo recordar lo que se sintió le hacía estremecerse de terror.

Pasó su mano con lentitud por su nuca, en la cual yacían algunos de sus mechones mojados pegados a ella, y junto con eso, chupones que ese desgraciado se atrevió a poner allí. Recordaba el temor que experimentó cuando sintió los dientes del Alfa rozar contra él, agradecía a Mitsuya por haber llegado justo a tiempo para ayudarlo.

Se sentía demasiado frustrado, tenía ganas de llorar, de gritar, de golpear o abrazar a alguien. Estaba decepcionado de sí mismo, por no poder defenderse, por no poder resistir más. Era un Omega Dominante, no podía creer que haya podido debilitarse. Pero, incluso siendo esa clase de Omega, lamentablemente la sumisión seguía siendo parte de su naturaleza, culpaba a ese instinto y a sí mismo por dejarlo salir.

Y sin quererlo, un grito de frustración que fue opacado por sus manos resonó bajamente por el baño, y seguido de eso, tiró con fuerza de sus hebras rubias, intentado olvidar aquel horrible suceso. 

...

Esperaba a Mikey sentado en la mesa, demasiado preocupado por el hecho de que se estaba demorando demasiado. Sí, sabía que el chico solía demorarse bastante en la ducha, pero el tiempo que se estaba tomando ahora le preocupó. 

Su pierna se movía rápidamente de arriba a abajo, mientras recargaba su codo en la mesa y su mentón en su mano. 

Largos minutos que se sintieron horas pasaron y por el umbral del pasillo apareció la pequeña figura del cuerpo de Mikey, con el cabello goteando y su ropa puesta. Le quedaba algo grande y tenía que estarse subiendo el buzo, pero nada exagerado.

Ayudando A Un Omega [MitsuKey]-[En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora