Ayudando A Un Omega [MitsuKey]-[En Emisión]

extra 1: afrontar las cosas

La única chica en la habitación se cubría la boca horrorizada ante lo que le acababan de contar, sus ojos estaban rojos y las lágrimas corrían a montones por sus mejillas. Miraba con preocupación a su hermano mayor, él tiene la mirada puesta en el piso, su nariz se nota roja ya que él también estaba llorando. Le parte el corazón ver a Mikey así, sabe que no le gusta mostrar debilidad, mucho menos llorar frente a otros, el que se encuentre en ese estado demuestra cómo le ha afectado el suceso.

A su lado su pareja, que fruncía el ceño, y en el rostro se le notaban las intenciones de querer matar a alguien. Sus ojos también estaban rojos, no podía evitarlo, el ver la manera en como su mejor amigo se quebró hace unos pocos minutos cuando les contó aquello que había pasado, algo que ni se les llegó a pasar por la cabeza. Sus ojos ardían, ardían en lágrimas de ira.

Draken sentía demasiada ira, Emma también. Aquello que les acaban de contar realmente no es fácil de digerir.

─Iré a matar a ese sujeto. ─Susurró Ken entre dientes, con su mirada en el suelo.

La Sano intenta calmarlo tomándolo del brazo, dando leves caricias en él.

─N-No es necesario recurrir a la violencia... Admito que yo también quiero ir y darle sus buenos golpes, pero no. ─Habla intentando calmar su respiración luego de las lágrimas.

Manjiro los miraba a ambos hipando, su llanto realmente se descontroló, y eso no le gustaba, lo odiaba. Quería dejar de llorar cada que hablaba de esto, pero en serio se le resultaba casi imposible aquello.

A su lado estaba Mitsuya, quien lo abrazaba por los hombros y daba caricias en su cabeza.

Hace unos momentos Mikey les había contado a su hermana y a su mejor amigo lo que ocurrió hace unas tres semanas, más o menos. Quiso decirles desde antes, pero por alguna razón siempre que tenía la oportunidad las palabras simplemente no salían de su boca, solamente se quedaban atoradas en lo más profundo de su garganta, ahogándolo.

En todos los intentos fue acompañado por Takashi, su pareja, dándole todo el apoyo posible a su Omega. Le costaba escuchar siempre como Manjiro se rompía cada que hablaban sobre eso, y esta vez fue una en las que más se debilitó, llegando a temblar, igual que cuando aquello ocurrió.

Lo abrazaba para intentar relajarlo, pero sus temblores, el llanto, el miedo, todos aquellos sentimientos no parecían querer abandonar su pequeño cuerpo.

─Llamaré a Shin. ─Decide Emma, su rostro se mostraba enojado, lágrimas secas quedaban en sus mejillas.

─¿Q-Qué? No, Emma, por favor... ─Suplica el chico, no quiere que Shinichiro se entere aún, no quiere causarle problemas siendo que se encuentra de vacaciones con su novio.

─¿No? Manjiro, lo llamaré, ¿de acuerdo? Él sabrá mucho mejor qué hacer. Tranquilo, todo estará bien, encontraremos a ese imbécil hijo de puta para que tenga su merecido. ─Acarició el cabello de su medio hermano mientras que con su otra mano le marcaba al primogénito de los cuatro. El resto de los presentes la miraron asombrados, no era común en ella decir groserías.

El rubio asintió mientras escuchaba los pitidos del teléfono, no tardaron en contestar.

─¿Sí? ─Era Wakasa.

─¡Waka-chan! Oye, ¿está Shin por ahí?

─Ah, sí, está en el baño. ¿Lo necesitas ahorita? Si quieres puedo ir a molestarlo.

─Sí, lo necesito ahora.

─Está bi-

─Lindo, ¿quién era al teléfono? ─Aquella voz de fondo es la de el mayor de los hermanos Sano.