Capítulo 9

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Una mañana como todas en la comisaria sonó el teléfono temido, la agente Patricia cogió el teléfono y escuchó la voz de la cocinera del comedor, casi no se le entedía porque estaba llorando desconsoladamente. Lo poco que pudieron descifrar fue "muerto muerto", así que fueron inmediatamente a su casa.

Al llegar se encontraron a medio vecindario apelotonados en la vivienda de la cocinera. Cuando entraron vieron a la mujer un poco más tranquila, al lado de su marido pero la sorpresa que se llevaron es que el marido estaba a punto de fallecer. Por suerte habían llegado a tiempo para llamar a la ambulancia. Lo que les extrañó mucho es que su mujer no lo hubiera hecho, entonces se lo preguntaron:

-¿Señora porque no ha llamado a una ambulancia?

-Porque yo pensaba que estaba muerto, por eso os he llamado a vosotros y no a la ambulancia.

-Siento que haya tenido que pasar por este mal trago.

-La verdad es que me he llevado un susto muy grande.


-Es normal.

-Muchas gracias por todo.

Seguidamente fueron a otro interrogatorio pero esta vez tenía que ser en un hospital:

-Señor, ¿usted vio a su agresor?.

-Si, bueno no lo sé.

-Como explíquese.

- Él iba encapuchado.

-Sabría decirme si es hombre o mujer.

-No, ya se lo he dicho iba encapuchado.

Mientras hablaban la maquina a la que estaba enganchado empezó a sonar, se le paraba el corazón.
Diez minutos después de haber sido atendido le comunicaron al agente que el hombre se encontraba estable pero que le dejara descansar hasta el próximo día.

Al día siguiente el teléfono volvió a sonar. Todos estaban como un flan, las anteriores llamadas estaban presentes en la cabeza detodos, pero al coger el teléfono puedieron soltar un suspiro. El hombre tenía el alta, una buena noticia pero con la que tenían que estar alerta por si el sasesino volvía a atacar.

¿Quién ha matado a mi hija?                       [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora