Harry Potter y... ¿Así que realmente soy la perra del destino?

La Libertad no es tan Gucci como Dicen que es

¡Qué carajo quieres decir que tengo que volver a casa de los Dursley! Harry le gritó enojado a Dumbledore, quien estaba pasivamente frente a él, con las manos cruzadas frente a su túnica lilic y naranja, mientras esperaba a que Harry se calmara.

Honestamente, el chico podría ser tan dramático, pensó con su Fénix posado en un hombro, con un pequeño encanto destacado en él, por supuesto.

—Mi querido muchacho —dijo con desaprobación—, esa no es forma de hablar de la amorosa familia que te crió. Han estado esperando ansiosamente su regreso, y ya es bastante descortés haberlos hecho esperar tanto tiempo. Dijo, frunciendo el ceño y mirando a Harry, quien seguía abriendo y cerrando sus manos, desde donde yacía en su cama de hospital.

'Mis disculpas, no puedo creer que tenga la audacia de quedarme en el Hospital por tanto tiempo'. Dijo sarcásticamente, recordándose a sí mismo que este hombre no era una amenaza física y, como tal, no podía reaccionar con violencia.

Maldita sea.

"Está bien de su parte darse cuenta de que uno no puede pasar todo el tiempo mimado por la realidad". Dumbledore asintió sabiamente, ignorando el sarcasmo de Harry.

Harry parpadeó lentamente, confundido por el senil Director.

'¿Esto es una broma verdad?' Dijo mirando a su alrededor con desesperación, esperando que los gemelos saltaran de detrás de los estantes de pociones curativas. Desafortunadamente para el frágil estado mental de Harry, todos se vieron obligados a esperar afuera, como había pedido el director, mientras tenían su pequeña 'charla'.

Debo decir que no lo es. Dumbledore frunció el ceño ante la insolencia del chico al interrogarlo.

No estaba en su plan que el niño fuera liberado de Azkaban, pero nunca dejó que se dijera que no podía adaptarse al cambio.

'Serás puesto en libertad directamente a su cuidado, tan pronto como te liberen de los tiernos cuidados de Madame Pomfrey'. Terminó, sus ojos brillando.

Harry respiró hondo, recordándose a sí mismo que no sería correcto dejar que se mostrara su negativa a cumplir con los planes de Dumbledore. Y así no dijo nada mientras Dumbledore soltaba alguna metáfora y se mordía su jadeo de dolor, cuando el anciano chocaba contra su pie tierno, que se estaba curando del ligero congelamiento y cortes, cortesía de Azkaban.

Cuando el hombre se fue, una multitud bastante grande, compuesta por los Weasley, Remus, Sirius, Hermione y Draco, pululaban junto a su cama, todos ligeramente molestos por haber sido obligados a esperar afuera para conocer al chico que todos consideraban familia.

Desafortunadamente, el trastorno de estrés postraumático es en realidad una cosa y no le importan una mierda los 'momentos sentimentales'.

Y así, mientras Hermione corría hacia adelante, más rápido que nadie y pasaba sus brazos alrededor de su cuello para darle un abrazo, Harry no vio nada más que una amenaza, específicamente debido a que estaba nervioso por las amables palabras de Dumbledore.

Su mejor amigo seguro como el infierno no esperaba ser judo-volteado, en el segundo en que ella se acercó a Harry.

Todos se detuvieron desde donde habían estado a punto de acurrucarse alrededor del niño, mientras Hermione respiraba asustada contra el brazo en su garganta.

"Erm ... ¿Harry?" Ron pronunció en voz baja, "¿Quieres dejar ir a Mione?" Dijo, dubitativo, dando un paso adelante antes de retroceder hacia atrás mientras Harry aumentaba la presión en su garganta, a la par del paso que se daba hacia adelante.

Sus ojos estaban nublados, la claridad de la situación desapareció ya que solo percibía amenazas, su mente no computaba que conocía a estas personas.