Lost princess » [Sovieshu]

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Se sentía un idiota, y uno muy grande.

Maldijo haberle hecho caso a sus impulsos, a sus celos, a sus sentimientos.

— Su majestad — el Marqués Karl lo llamó — La Emperatriz quiere hablar con usted — el pelinegro suspiró.

— Hazla pasar, quiero estar a solas con ella, mientras tanto, ve a ver  como está Amira — el Marqués asintió para después dejar pasar a Navier.

El castaño se despidió para después irse a obedecer la otra orden del Emperador, cuando este se quedó a solas con su esposa sintió como su vida corría peligro.

— ¿Sucedió algo? — le preguntó Sovieshu a la rubia.

— Eso mismo quiero preguntar, ¿Que sucedió?, Amira se a rehusado a verme, y Liliane lo único que me ha dicho es que ella se siente arrepentida — lo miró con toda la seriedad del mundo mientras se cruzaba de brazos.

— Cometí una tontería — respondió mientras se frotaba su rostro con sus manos en total frustración.

Navier suspiró para después acercarse al escritorio, necesitaba respuestas, pues últimamente se había esforzado para que la princesa estuviera bien, como para que su amigo-esposo con un solo acto arruinara todo.

— ¿Que hiciste? — el mayor al verla tragó duro.

— Bueno... La besé — confesó.

Navier lo miró sorprendida, si bien esperaba algo así, no creía que Sovieshu hubiera obedecido a sus impulsos en vez de a su razonamiento.

— ¿Que hiciste qué? — la rubia suspiró para después sentarse al frente de su marido — Ahora entiendo todo, Amira no solo está arrepentida, debe sentir mucha culpa y terror — Comprendió.

— ¿Por qué? — la menor agarró el puente de su naríz tras escuchar esa pregunta.

— Amira es un Ángel, tiene un corazón muy noble, por lo cual debe pensar que me traicionó, y por ello debe sentir culpa y arrepentimiento, ahora, debe estar aterrada por el hecho de no saber que hacer con los sentimientos que tiene hacia tí — explicó la emperatriz.

"¿Sentimiento hacia mí?" Se preguntó el emperador.

Durante esos días que Sovieshu estuvo en cama por su enfermedad, Navier se había encargado de estar con Amira en todo momento, gracias a ello pudo conocerla mejor, por ello es que la entendía.

— Amira te ama — confesó la emperatriz mientras se ponía de pie — pero se niega a aceptarlo, solo dale tiempo — le aconsejó mientras caminaba a la salida.

"Ahora temo perderla, ¿Que hago?"

• • •

Una pequeña ave amarilla veía por la ventana de la oficina del Emperador, cuando este se cubrió el rostro con sus manos en un acto de frustracion la ave lo miró con tristeza.

"¿Que hago?" Se preguntó la ave mientras dudaba si entrar o no.

Miró la nota en su patita para después negar y volar hasta su habitación.

La idea se la había robado a Heinrey, pero se arrepintió, cuando Céline entró a su habitación, voló hasta el baño para después convertirse en Amira, cubrió su desnudo cuerpo justo en el momento en que alguien tocó la puerta de la habitación.

La rubia con rapidez se puso la ropa interior para después colocarse un vestido muy simple y ligero.

Cuando ya estaba un poco más decente, corrió a abrir la puerta.