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— Cabeza en alto — ordenó Navier al ver cómo es que la rubia bajaba la mirada — porte recto — la enderezó — no importa la situación, jamás debes bajar la mirada, jamás debes mostrar que te sientes débil, si lo haces, será tu perdición — explicó.

Amira asintió mientras inhalaba profundo, era momento de que sus nervios ante una multitud al fin se disipara.

— Sin importar la situación, frente en alto — repitió la menor mientras hacia lo que decía.

Heinrey le había dicho que la llevaría a Occidente para que pudiera pasar tiempo con Walton III y para ser coronada princesa.

Pero cuando la joven recibió esa noticia se sintió insuficiente, ella creció siendo la hija menor de un Conde, no como la princesa menor de un reino tan poderoso como Occidente, y aunque era su origen, le perturbaba un poco la responsabilidad que tendría.

— Amira, se que todo esto podría ser un poco perturbador, tu vida cambió por completo — dijo la mayor mientras agarraba con delicadeza la mano de su aprendiz — pero tendrás que ser fuerte, yo te ayudaré en todo lo que pueda para que te acoples bien — le sonrió.

La princesa sonrió agradecida — con razón mi hermano la ama tanto — se le escapó.

— ¿Qué? — Preguntó confundida Navier mientras intetaba evitar que un sonrojo apareciera en su rostro.

— ¿Que de qué? — Preguntó Amira en un intento de hacerce la loca.

— ¿Que fue lo que... Olvídalo — suspiró la Emperatriz mientras agitaba la mano.

La mayor caminó hasta su librero y agarró unos cuántos libros que le sirvieron cuando fue educada como princesa heredera.

Si bien, ella fue educada para gobernar un imperio, era casi lo mismo para Amira, pues ella al ser una princesa de un reino poderoso podría casarse con otro rey o principe heredero, ya que así podría hacerce una alianza.

"Aunque dudo mucho que Heinrey permita eso, pero hay veces en las que las circunstancias obligan a uno a hacer eso" pensó Navier mientras miraba la portada de un libro.

La princesa miró a su mentora para después pensar en que hacer, quería la felicidad de su hermano, pero también la de su maestra, ambos se gustaban, pero la mayor estaba casada, y Heinrey como principe heredero necesitaba a una mujer libre para que lo ayudara a gobernar en caso de que Walton falleciera, y si bien, un divorcio podria ayudar, si se descubría que ella ayudó en eso la podrían señalar como una manipuladora por culpa de los rumores que hay.

— Malditos rumores — gruñó la menor.

— Vocabulario — regañó Navier mientras le daba los libros — esto te ayudará, tienes que leer y analizar, viene sobre política, economía, idioma... — la menor abrió la boca sorprendida mientras miraba la montaña de libros en sus brazos — se que ya tienes conocimientos pero tiene que tener información más completa — comentó.

Amira asintió entendiendo, desde pequeña su madre y madrina le dieron la educación que ellas recibieron, al igual que su padre y hermanos le enseñaron a defenderse, aunque eso había sido más reciente, por lo cual solo podía tener reflejos más rápidos de lo común y un control básico en la espada.

— Al menos estaré ocupada estos días...

"Así podré distraer mis pensamientos sobre el sentir de mi corazón"

• • •

— ¡¿Sabes lo que hiciste?! — regañó Heinrey a un castaño que tenía la mirada baja.

Lost princess » [Sovieshu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora