Starbound - Estrellas Caídas.

Capítulo 14: El principio del fin.

"Solo sobreviviendo... prevalecerás"

La lluvia no tenía señales de parar, mientras la niebla de la madrugada imperaba en el frío ambiente, el ejército guerrillero se acercaba sigiloso, en unos 500 metros no podrían ocultarse por la ruidosa marcha de los droides de combate. El plan era utilizar la niebla y la lluvia el mayor tiempo posible para cubrir su acercar.

Los guerrilleros púrpuras se daban señales entre ellos, mientras avanzaban lentamente, focalizando sus manos para comunicarse entre la lluvia. Ocassus, desde que regresó "La ruina" había mejorado sus tácticas, aunque no mucho, pareciéndose un poco más a una guerrilla, pero aun adoleciendo de armas actuales.

Sin previo aviso, el destello dejado por el haz que un disparo de energía dio de lleno en uno de los guerrilleros, matándolo en el acto. El disparo provenía del pueblo. Casi inmediatamente, bajo las miradas furibundas de los atacantes, el disparo de una bengala se avistó de entre la niebla, estallando en el cielo e iluminando por unos segundos el campo de batalla.

Apostado en la empalizada del pueblo, con un fusil de francotirador de plasma, el autor del aviso alertaba a todo el pueblo de la presencia enemiga, no era otro más que el capitán de la guardia, el Hylotl veterano.

Al unísono, los pocos aldeanos apostados en la empalizada comenzaron a disparar hacia el enemigo, que recién se dejaba ver de entre la niebla. Esta vez pocos disparos provenían de viejos mosquetes de energía; armas más avanzadas, encontradas en la nave "Libertad" de Jo y Bastila ahora formaban parte de la defensa. El sonido de los disparos hizo efecto, y todos los aldeanos disponibles comenzaban a reunirse para defender en lo que podría ser su última batalla.

Los droides de batalla no tardaron en responder a la defensa, conjuntamente con el resto de la avanzada de Ocassus. En medio del combate, uno de ellos parecía estar más a cubierto que el resto, el capitán de la guardia notó que daba instrucciones a través de un comunicador. Pronto sabría el porqué. Desde la retaguardia, custodiado por soldados de asalto imperiales ocultos aún por la niebla, un enorme obús de energía escupió una bola verde de plasma.

Atónitos, los defensores veían impotentes como el lumínico proyectil pasaba de la empalizada, y daba de lleno en una casa-habitación explotando con tal violencia que incluso la onda de choque empujó la misma niebla fuera del pueblo. Un sonido tan atronador, que los que estaban cerca tuvieron que tapar sus oídos para evitar quedar sordos. El proyectil había fallado, el verdadero objetivo era abrir una brecha en la empalizada. Quienes hubiesen estado en esa casa, no pudieron haber sobrevivido.

El estremecimiento y la tronadora explosión casi hicieron que Bastila caiga al suelo. Solo Zayla, que estaba con ella pudo detenerla. Ambas eran aún ignorantes de lo que estaba pasando. Hasta que Palani, padre de Zayla vino corriendo de la empalizada.

-¡Nos están atacando, no te atrevas a salir hasta que todo haya pasado!- Dicho esto, regresó a la línea de batalla.

La tormenta parecía intensificarse, mientras los relámpagos tronaban en derredor. Pronto, la batalla se extendería por todos los ángulos del pueblo, mientras más y más guerreros de ocassus salían de los bosques y se abalanzaban a las murallas, que se encontraban solo protegidas por unos pocos aldeanos, aun así, la resistencia era feroz, y lograban rechazar cada ataque que se proponían, el único ataque eficaz sería por la entrada principal, donde había un auténtico infierno.

-Jo... donde rayos estás...- La Hylotl suspiró mientras tenían en brazos a Zayla.

Jo estaba combatiendo en las murallas de la ciudad, la pelea era mucho más sencilla, los guerrilleros que se atrevían a poner un dedo en la empalizada eran recibidos con una ráfaga de disparos. Era lo menos que podría hacer, Palani, Jefe del pueblo no quería que Jo y Bastila corrieran riesgos, mucho menos su hija.