Capítulo 15: El león y el demonio.

7 2 0
                                    

Hola a todos, esta parte es especialmente larga pues no consideré que sería buena idea hacerlo en dos, siento que se hubiese perdido algo de contexto , así que relájese y no lea todo de una sentada. Todas las imágenes usadas no son mías, créditos a sus respectivos autores. !gracias a todos los lectores!

"No siempre lo más valioso tiene que ser poderoso"

La luz de la luna comenzó a iluminar el pueblo conforme las nubes se disipaban: la tormenta había terminado, pero aún no la batalla. Fuera del pueblo, el gran obús Miniknog había sido averiado, pero los pocos imperiales ahí trataban de ponerlo operativo.

-¡Realmente son unos inútiles!.- El comandante Ápex gritaba furioso a pleno pulmón mientras los pocos sobrevivientes de Ocassus huían en la maleza, no era raro que su falta de tácticas eficientes les costaran peleas que se podían ganar fácilmente.

Aun visiblemente enfadado, el comandante Miniknog respiró hondo y recobró la compostura -¡No importa! Tomaremos ese pueblo con los que tenemos. Mientras "Él" hace un caos adentro, los aplastaremos. Que vengan los tanques.- A la orden le siguió el sonido de las máquinas acercándose.

En el pueblo Bastila trataba de calmar a Zayla. -¿Qué tienes?-

Antes de que pudiese responder, la Avian levantó la mirada señaló hacia el centro de la aldea. Cubiertas por la propia nave, las chicas observaron que justo en la entrada al Bastión de los Antiguos apareció una figura que no pertenecía al pueblo.

Un hombre estaba frente a la entrada hacía abajo. Era increíble que los guardias no lo hallasen detectado, era como si hubiese atravesado los muros como un fantasma, los pocos aldeanos en el centro del pueblo estaban demasiado ocupados atendiendo a los heridos de la batalla, por lo que no llamaba la atención. Tenía como arma una guadaña, pero no era lo que parecía, de todo su cuerpo, su arma era la que producía un ambiente pesado, Bastila y Zayla lo detectaban.

El capitán de la guardia, al detectar tal presencia salió disparado de las líneas de defensa, y Jo, tratando de seguirle el paso, trataba de comprender que estaba pasando.

En la entrada del Bastión, ese ser estaba hablando... con su arma. –Este es el sitio Rhaast... la energía proviene de aquí.-

La guadaña, de aspecto y voz demoniaco le respondió telepáticamente. –He sentido el contenido de estas ruinas. La información servirá de mucho para mi señor. Después de ver lo que haya adentro podemos divertirnos con los aldeanos de esta pocilga.-

Kayn sonrió con la esperanza de una masacre. Inesperadamente, tuvo que esquivar el ataque frontal con espada del capitán de la guardia. El ataque tan repentino sorprendió a Kayn y Rhaast por igual, pues no se pudieron ni imaginar del cómo es que el Hylotl se había acercado tan rápida y sigilosamente.

Kayn contratacó. -¡Inocencia!.- El arma abrió un ojo propio y tildó. Kayn, en el acto, balanceó la guadaña en dirección al Hylotl, produciendo una hoja de energía que se dirigió directamente a él. El capitán esquivó el ataque saltando al aire, el proyectil dio de lleno a una vivienda partiéndola en dos. Al caer, el Hylotl adoptó una postura de defensa japonés el te ura gasumi.

-¡Es de mala educación atacar a las personas sin antes hablar! ¿No crees?.- Kayn tentó al capitán.

La respuesta del veterano Hylotl fue rápida y contundente. -No hay nada que hablar entre tú y yo, solo detecto oscuridad en tu aura. Lárgate de una maldita vez, o vas a vértelas conmigo-

Kayn le sonreía con desdén -¿A si? Pues creo que ya tendremos un problema, y es que yo quiero la energía que emana de este pueblo, a la voluntad de "La ruina" le será de gran utilidad.-

Starbound - Estrellas Caídas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora