Capítulo 3: Negación

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"La esperanza es la negación de la realidad" (Margaret Weis)

...En algún lugar del universo...

-Mi señora... traigo el informe de nuestra misión al planeta Tierra...

Los ecos de unos pasos ansiosos se escuchan a través de una antigua y oscura bóveda, la luz tenue de unas antorchas revelaba lo que parecía ser la silueta de una humana de mediana edad, un aura que despide odio, Asra Nox, líder de Ocassus.

Los ecos de unos pasos ansiosos se escuchan a través de una antigua y oscura bóveda, la luz tenue de unas antorchas revelaba lo que parecía ser la silueta de una humana de mediana edad, un aura que despide odio, Asra Nox, líder de Ocassus

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-¿Y que es? Habla rápido-.

-Mi señora, el planeta Tierra fue destruido por nuestro Señor, la Ruina... a pesar de que todos nuestros hombres murieron con la explosión, nuestra misión hizo que todo el personal del protectorado se fuera al diablo, así como el 95% de los habitantes del planeta.-

Su rostro no mostró ningún cambio. -Muy Bien... ya está hecho entonces, no habrá nada en el universo que detenga la gran purificación, solo es cuestión de tiempo...solo es cuestión de tiempo...-

Mientras tanto, en otra parte de la galaxia, una decrépita nave está recorriendo a la deriva la velocidad luz, y desde que se alejaron del planeta Tierra, Bastila no ha hecho otra cosa que estar acurrucada y llorar.

-¡...¿Por qué tiene que pasar esto?! ¡... ¿Por qué tiene que pasar esto?! ¡...¿Por qué a nosotros?! ¡...¿Que se supone que debo hacer ahora?! ¡Ni todo el conocimiento del universo habría podido explicar esto! ... ... ¿Qué diablos era esa cosa?...-

No era consciente de las múltiples alertas que escupía el sistema de navegación, sin coordenadas, la nave podría chocar con lo que fuera, dentro del espacio exterior, repentinamente, el propio sistema de seguridad de la nave intervino y forzó al aparato a salir de la velocidad luz, alrededor de la nave no había más que estrellas regadas en el firmamento.

El silencio interestelar, más imponente que su propio llanto la hizo reaccionar de nuevo, la hylotl vio a donde estaba Jo, este seguía inconsciente, acercándose ella aún con lágrimas en los ojos, apoyó su cabeza en sus piernas, esperando que reaccionara.

Un quejido débil del humano le dio algo de alivio. –¿Q-que... pasó? Bastila, ¿Dónde estamos?-

Con la voz temblorosa, apenas pudo contestar. -No sé...-

Levantándose, Jo echó un vistazo a su alrededor, al menos tenían una nave operativa y con algo de combustible para llegar algún puesto del protectorado, sin embargo, sus ojos no pudieron evitar ignorar el cuerpo del encapuchado inerte a pocos metros de él y Bastila. -¡Maldición! Bastila ¿lo acabaste?... Mira, ehhhh Bastila... ehhh... Oye... hiciste lo correcto, ese tipo nos iba a matar, actuaste bien... al menos... al menos estas viva ¿Eso no te alegra?.

-No sé ni que pensar...- Bastila sonaba algo desganada y triste aún. –Cuando papá y yo nos mudamos a la Tierra fue porque era el planeta más pacífico y avanzado, un lugar respetado incluso por nuestros eruditos Hylotls, y tener aun así que pasar por esto, no tener la alternativa entre elegir tu vida o la de él, sino la tuya... la violencia apesta... nunca pensé que en algún punto de mi vida tendría que luchar por ella...

Starbound - Estrellas Caídas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora