Capítulo 13: Crisol

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"Lo único que derrota al mal es que los hombre buenos no hagan nada"

La silueta de los destructores Miniknog se arrastraban en la órbita del pequeño planeta. Todos incluidos Jo y Bastila tomaron posiciones defensivas, y sin emociones en sus caras comenzaron a esperar algún ataque. Después de cuatro horas en las mismas posiciones todos comenzaban a desesperarse. "¿Por qué no ha bajado nadie?"

Los destructores podían simplemente barrer el pueblo con un bombardeo orbital, es lo que el imperio suele hacer antes de una invasión a gran escala, pero pasó el tiempo y nada ocurrió. Palani, jefe del pueblo no hacía más que mirar desde el balcón del centro urbano hacia la silueta borrosa del destructor. Hasta que el capitán de la guardia le consiguió un viejo mira-lejos.

Detenidamente, observó con el instrumento al destructor. –Este es diferente...- Replicó con voz ronca.

-¿Cómo es diferente señor?- Jo se mostraba atento. 

Palani no dejaba de mirar, en la distancia, el sol rojo característico del sistema comenzaba a ponerse -Ahora que lo veo mejor es más pequeño que los demás destructores... debe medir unos 600 metros de largo- El líder vio algo diferente en esta nave, no tenía armas para hacer un bombardeo orbital, pero en el cuerpo del mismo se observaban cuatro grandes protuberancias esféricas, las cuales emitían una tenue luz electromagnética.

-Debe ser un interdictor... son fragatas especiales para no dejar que ninguna nave salga del sistema- Jo interrumpió.

En el acto, Bastila fue corriendo a la nave "Libertad", ahí dentro comprobó el sistema de navegación, se encontró que estaba completamente inutilizado, gracias a la acción del campo electro-gravitatorio del interdictor. Estaban atrapados.

Un relámpago se escuchó lejos en la distancia. Jo y los demás comenzaron a sentir, mientras el ambiente se oscurecía, el frío en sus caras, parecía que venía una tormenta. Después de tres horas más, lo único que se divisaba era aquella nave en la órbita, así que el jefe ordenó romper filas, pero todos deberían de traer sus armas listas a la mano, lentamente, se comenzaron a preparar para la tormenta que venía.

-...Nunca conocí a mi madre...- Una vocecita proveniente de las escaleras llamó la atención de Bastila, era Zayla, quien había escuchado toda la conversación.

-...Zayla...- Bastila se sentó junta a ella y colocó su brazo alrededor de su espalda, abrazándola.

-...Antes de que llegaran, papá y yo discutimos, por eso me encerró, me decía que yo tenía algo muy peligroso, pero no sé de qué se trataba, nunca me quiso decir.- Algunas lágrimas caían de su emplumado rostro. -Me había contado que un mes después de que mamá pusiera el huevo que me contenía, los sacerdotes de Kluex se dieron cuenta de que mamá era especial... y la obligaron a sacrificarse en la gran torre en honor a Kluex... papá dejó la tribu después de eso... y no sé... no sabía por qué no pudo proteger a mamá... no le quise decir nada después de eso...-

Bastila suspiró. –Mi papá también me ocultaba cosas, pero siempre supe de que lo hacía porque quería protegerme... y cuanto más porque somos muy jóvenes aún. Papá siempre me decía que la verdad será la salvadora de tu vida cuando llega en el momento preciso. Si la verdad llegaba antes, no sería lo suficientemente madura para comprenderlo, si la verdad llegaba tarde, sería completamente inútil.-

El sonido de la conversación de ambas armonizaba perfectamente con la suave lluvia en el exterior. -...Algunas veces me quería ir, no sé, porque sentía de que papá solo me encerraba, o que no quería que explotara mi potencial... solo entendí realmente cuando veía como algunos jóvenes arruinaban su vida por vivir la juventud como si fuesen un cometa. Sin madurar. Entendí a papá.-

Starbound - Estrellas Caídas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora