4

2.3K 382 94
                                    

Su hermano tiraba agresivamente de su mano, siendo alejado de la persona que había hecho el intento de ayudarle quiere pensar a pesar de su extraño comportamiento. Pero una incógnita estaba más presente en su cabeza. ¿Ellos se conocían?

Sus ocelos turquesas estaban fijos en su hermano, pero a la vez se perdían en pensamientos o intentos de ellos para averiguar si se habían visto alguna vez. Pero nada. Como si alguien hubiera pasado un borrador a su mente, su mente se encontraba vacía. Al menos desde la muerte de sus padres.

Muchas veces quería preguntarle a su hermano sobre su pasado, pero se negaba en redonda a comentar algo sobre aquel asunto.

— Nahoya, hermano. Ya no esta al lado nuestro. Me haces daño, idiota.

— Lo siento, Souya. Llevarte aquí fue mala idea.

Sabía que a pesar de que estuviera sonriendo a casi todas las horas, no era una verdadera. Podía notar lo molesto que estaba ahora mismo.

— No lo veré de nuevo, no creo que nos volvamos a encontrar.

— No me fío, cuando más lejos mejor.

No entendía que era lo que estaba invadiendo ahora pensamientos de su hermano mayor, pero tampoco podría averiguarlo.
Igual ahora parecía más calmado, cuando había soltado su mano, por fin. La vena sobreprotectora de Smiley era algo cansable a veces. Pero así le quería.

— Ese chico igual solo quería ayudarme a encontrarte.

— Escuchame Souya.

Pronuncia girando su torso para quedar enfrente suya, tomando sus mejillas con la calidez con la que solía hacer. Apagada sonrisa que se fue desvaneciendo, significando que era serio el asunto. No sabía cómo le gustaba menos verle si sonriendo con falsedad o con esa sonrisa desaparecida.

— Ese chico no es bueno ni nunca lo será, a saber que planes anda maquinado ese Haitani. Prometeme que si lo ves lo primero que harás es alejarte.

— Ah. . . Esta bien, Nahoya. Lo intentaré.

— Nada de intentar, lo harás.

Le da un pequeño golpe en la frente provocando que se sobara la zona, negando después con la cabeza. Pronto volviendo ambos a caminar, pensando en que iban a comer cuando llegaran a casa. Olvidando el desastre que fue salir al parque de atracciones. Sin saber que los ojos de Rindou ya estaban puestos en el Kawata menor como su próxima víctima.

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤ╰━━━┈┈┈┈┈┈┈╯

— Yo estoy pensando que no es buena idea, Rindou.

Comenta su hermano Ran, no es que le importara que su hermano se fuera a divertir con cualquiera es más lo encontraba entretenido, pero sabía que los Kawata había desaparecido hace unos meses.

— No seas aguafiestas.

Resopla tampoco quería escuchar un sermón sobre que debía o no hacer, esa carita solo debía llorar cuando él lo consiguiera.

— ¿No crees que desaparecieron por algo?

— Ah. . . Tampoco es mi asunto ¿no crees? Aparte estuvo llorando pero no intentó atacarme.

— Y eso es lo que se me hace más raro.

No quería que le pasará nada teniendo en cuenta que ya fueron una vez derrotados por aquel ogro azul. Pero si ya no aparecía, ¿no habría ningún problema, verdad?

— Espero luego no tener que decirte te lo dije, y ten cuidado de no enamorarte del algodón de azúcar.

— Como si eso fuera a pasar.

Haciendo caso omiso a esas palabras, se dirigieron a su casa, mañana tenían una reunión con su pandilla. Ya tendría tiempo para pensar en su futura venganza. Venganza que sería dulce sin dudas.

— Si no me recuerdas ya te haré recordarme a unas malas.

Un último vistazo dio atrás aún sabiendas de que ya no se encontraban allí, divertido retomando su caminar al lado de su hermano.

"Ya estoy deseando verte de nuevo. "

Nubes de algodón. RINGRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora