Capítulo 9

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No pude dormir nada, por mi mente sólo pasa la imagen de Mildred golpeándome, de la manera que dijo que mis padres habían muerto y como le alegraba esto. Me senté en la cama llorando a mares y con frío, mucho frío, de un momento a otro comencé a temblar. Pero esta vez no era de frío sino de ansiedad y miedo.
Después de 20 minutos pare de temblar. Mi corazón latía fuerte.

Ví la hora en el reloj de la pared y me di cuenta que ya era hora de ir a la escuela. Trate de pararme de la cama pero mi cuerpo estaba débil, hice otro intento y logre ponerme de pie y encaminarme al baño, una vez allí me di una ducha caliente.
Cuando salí y me vi en el espejo estaba pálida, delgada y con ojeras bajo mis ojos.
Me cambie con una chaqueta de cuero negra que resulta ser la que más me abriga, unos jeans azules y unos zapatos negros.

Mi celular vibro en la mesita de noche y vi un mensaje... que raro. Lo abrí y era Duam.

Duam , 6:45 AM.
-Estoy abajo, aquí te espero.

Alexa , 6:46 AM.
-Bajo en 3 minutos.

Después de recoger mi mochila cerré con llave y salí para encontrarme con Duam.

-Hola.-

-Hola ,¿como estás?- dijo Duam.

-Mmm... bien. ¿y tu?- En realidad no me sentía nada bien. Me siento cansada, los ojos me pesan, mi corazón está acelerado y mis manos tiemblan.

-Estas segura.- dijo arrancando el auto.

-Si.- dije

Después de unos largos 15 minutos en silencio, llegamos.

-Recuerda llamarme cuando salgas.-

-Lo haré.- dije y baje del auto para así entrar al establecimiento.
Es grande muy grande. Busque con la mirada la dirección para así recoger mi horario de clases y mi casillero.
Caminé un poco más hasta que un fuerte brazo me detuvo.

-¿Necesitas ayuda preciosa?- dijo un chico acercándose mas a mi. Me quede en la misma posición. Lo mire y di la vuelta sin decir ni una palabra. No quiero hablar con nadie. Y menos con un bastardo como ese.

Caminé un poco más y a dos puertas la encontre. Entré y hable con la secretaria.

-Hola soy Alexa Rose. ¿Usted podría darme mi horario de clases y número de casillero?- a pesar de que estaba mal y mis manos seguían temblando, logre decir aquello con mucha firmeza.
La mujer me miro algo sorprendida por la manera en que lo dije.

-Claro, adentro está el horario y número de casillero. Que pases buen día.- dijo entregándome un sobré y mirándome sonriente.

-Muchas gracias.- dije y salí al largo pasillo.

Mi casillero era el número 389 y mi primera clase es Lengua Española. Me dirigí al casillero, no fue muy difícil encontrarlo a pesar de tanta gente rondando por estos pasillos.
Entré todo lo que no necesitaría en el casillero y lo cerré para así ir a mi primera clase.
Cuando entré al aula sólo estaba el profesor.

-Buen día.- dije tímida. El profesor levantó si cabeza y me miró.

-Buen día, toma asiento donde quieras. ¿Eres nueva?- pregunto parándose para así copiar algo en el pizarrón.

-Si.- dije sentándome en una butaca casi al fondo.

-Bien, un consejo. No hables en clases.- dijo divertido. Reí bajito y esperé a que la campana sonara para que así todos entren.
Después de 3 minutos sonó la campana y un mar de gente entró al aula. Yo me encontraba con la cabeza baja para que nadie me notara.

Escapando de la depresión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora