Mientras duermo plácidamente, oigo que la puerta de la habitación se abre, no le doy mucha importancia porque no es mi casa y estoy muy cómoda.
Luego siento que la cama se hunde a mi lado. Decido no voltearme y seguir durmiendo.
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Cuando despierto volteo a ver quien era.
Sabía que era Marco porque ¿Quien más entraría a su cuarto?
Pero cuando volteo no hay nadie.
Decido levantarme y darme una ducha.
Antes de abrir la puerta oigo a alguien que está discutiendo. Yira y Marco.
Abro la puerta lentamente para que nadie me oiga.
Cuando bajo las escaleras voy a la cocina y allí me encuentra a Marco y Yira discutiendo. Ellos se percatan de mi presencia.
Yira ahora está más enojada, mientras que Marco se relajó un poco al verme.
-Ya me voy, vamos Alexa te llevare a la escuela.- dijo cogiendo unas llaves que se encontraban arriba de la meseta.
Yo lo sigo en silencio.
Me percato de que Marco está apretando los puños y pasa una de sus manos por la nariz.
Esta llorando...
¿Y ahora que hago? ¿Qué le puedo decir? No se nada.
Entramos al auto en silencio. Yo me senté como copiloto.
-¿Estas bien?- pregunte mirándolo rápido.
-..... Si..- dijo arrancando el auto.
-¿Yira es tu madre?- se que no debí haber dicho eso.
-Para serte sincero... no lo se.- dijo cabizbajo.
Me siento mal por el. Nunca había visto a un hombre en este estado. Los hombres normalmente no son así . Y menos los musculosos y guapos como el.
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Ya casi llegamos y ninguno dice una palabra. Esto es muy incómodo.
Mientras miró por la ventana me acuerdo de que Duam siempre me lleva al colegio y que lo más seguro es que este frente al departamento esperándome.
Alexa , 7:25.
-Perdón por no avisarte antes, ya estoy de camino a la escuela.
Duam , 7:28.
-No hay ningún problema. Me avisas cuando salgas de la escuela.
Alexa , 7:29.
-Lo haré.
Estamos en el estacionamiento de la escuela.
-Marco... Gracias por todo, en serio lo aprecio mucho.- dije con una sonrisa de lado. La verdad era que de verdad le agradezco su ayuda.
El me miro por unos segundos y después hablo. -No hay de que, en serio. Sólo quería ayudar.- dijo aún mirándome.
-Bueno, nos vemos luego.- dije y me fui al salón de Informáticas.
Cuanto odio esa clase y más al profesor que es tan molesto.
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Es hora del receso y decido ir a una mesa al fondo, para así poder estar sola y adelantar unas cuantas tareas.
Cuando término de las tareas todavía faltaba tiempo para que tocaran la campana.
Así que me encamino a la parte trasera del colegio donde está el estanque.
Cuando llego ahí esta Marco sentado en el suelo jugando con las piedrecitas. Está sólo y se le ve mal.
-Hola, ¿Puedo sentarme?.- dije detrás de el. El levanta su cabeza y me mira. Definitivamente está mal.
-Claro ven.- dice dandole palmaditas al suelo. Me siento a su lado pero no muy cerca. Rápidamente percibo ese olor que tanto me gusta y me acuerda a mi padre.
