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Permanezco en el vestíbulo con el sobre dorado en mis manos debatiéndome si debería abrirlo o no. Mi intención siempre ha sido pasar desapercibida entre los estudiantes de esta universidad y el hecho de que haya recibido esto significa que no lo estoy haciendo bien. Las razones, aunque no son importantes en este momento, no dejan de amontonarse en mi cabeza. ¿Esto es por la fiesta de Halloween? ¿Por Brando? O tal vez es un juego sucio de Stella. Leah ha escuchado rumores de como invitan a personas para que sean su entretenimiento y no en el mejor de los sentidos. ¿Es una trampa? Sea lo que sea, ya me tienen bajo su radar.
Tomo una larga respiración y saco la invitación del sobre dorado. Leo detenidamente lo que dice.
SR. CHIARA BARTONI Y MARIE.
XTASIS LES INVITA A UNA NOCHE EN EL PARAISO, CON MOTIVO ESPECIAL DE LA BUSQUEDA DE NUEVOS MIEMBROS PARA NUESTRO CLUB EXCLUSIVO.
Cierro los ojos dejando salir un suspiro. Esto solo puede significar problemas.
—¿Qué tienes ahí?
Me sobresalto al escuchar la voz de la italiana.
—Nada —me doy la vuelta y escondo rápidamente el sobre a mi espalda.
Chiara alza la ceja y me mira fijamente.
—No es lo que decía tu cara cuando entré.
—No es de tu incumbencia.
Sé que su nombre está ahí y que sin dudarlo querrá ir a la fiesta, eso está bien. El problema es lo que dice al final de la invitación.
LA INVITACION ES EXCLUSIVAMENTE PARA LOS ANTES NOMBRADOS, QUIENES, ADEMÁS, DEBERAN ASISTIR OBLIGATORIAMENTE. DE NO SER ASI, SE NEGARÁ EL ACCESO AL QUE ASISTA SOLO, Y LA OTRA PERSONA PASARÁ A LA LISTA NEGRA Y DE REPUDIO.
Prefiero ser un paria para toda la universidad que ir a su fiesta. Chiara tendrá que superarlo.
Mis reflejos se activan cuando siento a la italiana abalanzándose sobre mí.
¿Qué diablos?
—¡¿Qué te pasa?! —la empujo con mi mano libre y trato de salirme de su agarre.
—Tiene que ver con eso que estás escondiendo.
Tira de mis hombros con fuerza y me sacude tratando de desestabilizarme, estiro mi brazo lo más alto que puedo y con la otra la empujo lejos de mí. Esto es ridículo y va contra las reglas. Cansada de forcejear le doy un golpe en la boca del estómago y salgo corriendo lista para encerrarme en mi habitación. Paso la cocina cuando algo en mis pies me hace tropezar y caigo en el piso. Mierda.
—¡AJA! —grita Chiara a mi espalda recogiendo la invitación—. Uhhh... ¿qué tenemos aquí?
