Gamerboy (MaleOC X DSMP)

CAPÍTULO #15

Borderline
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Dos semanas habían pasado, ninguno de los tres hablaba entre sí. Karl y Quackity empezaron a verse más, no podían acercarse al menor debido a que realmente no sabían si era lo más prudente. Crow estaba inmerso en su trabajo y también en sus proyectos, quería sacar la mejor puntuación posible para tener el mayor porcentaje de beca posible.

El pequeño mexicano ya no hacía tantos streams cómo antes, sin embargo, les comentó a sus seguidores que se estaba enfocando a tener mejores calificaciones para tener su beca intacta para cuando fuese a Europa, pero aún así no planeaba dejarlos de lado, cuando tuviese más tiempo libre haría directos, aún así éstos iban a ser más cortos de lo normal.

—¿Sigues enojado conmigo?—. Preguntó el mayor, sentado en la cama de Crow, mientras jugueteaba con los lazos de su suéter morado y juntaba las puntas metálicas de estos mismos.

En definitiva no estaba enojado, puesto que, gracias a Corpse, tuvo un nuevo punto de vista, pero eso no quitaba que estaba frustrado por las palabras de sus amigos.

Crow dejó su computadora un momento, en la cual estaba haciendo un proyecto de la escuela que estaba adelantando, y decidió mirar al mayor, quien se encontraba mirando al suelo como perrito regañado. Se volteó en su silla gamer y se reincorporó en esta, adoptando una postura más seria.

—Karl... ¿Recuerdas aquella noche?—. Comenzó, mirando a otro lado.—Cuando Hunter hizo aquella fiesta...

—¿Cómo olvidarla?—. Sonrió levemente.— Fue tu cumpleaños y ahí fue donde te conocí por primera vez...—. Aún lo recordaba como si hubiese sido ayer.

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La música retumbaba, las personas bebían y bailaban apegadas unas con otras; se podían ver algunas que se refregaban y besaban con fiereza, sin vergüenza y con descaro. Algunas que otras personas se comían con la mirada a otras por sus sensuales disfraces, o simplemente se reían por lo estupidos que se miraban.

Esto no era, para nada, lo que le había pedido a su mejor amigo.

El rubio castaño miró a la persona que lo jalo suavemente del brazo, sorprendiéndose de haber encontrado al menor entre la gran masa de gente.

—¡Hey, Alex!—. Saludo el alto rubio al pequeño mexicano, con un abrazo de lado.

—Hunter, ¿Qué es todo esto?—. Preguntó caminando al lado del mayor, teniendo el brazo del rubio ojo azul sobre sus hombros.— Creí haberte dicho una pequeña reunión y que podías invitar unos pocos amigos, no toda la escuela entera—. Hablaba alto apara que lo escuchase el mayor, puesto que la música estaba bastante alta.

—Alex, cálmate, mira el lado bueno, no es tu casa y no tendrás que preocuparte por la limpieza—. Eso era cierto, todo estaba sucediendo en la casa del rubio, pero aún así esto no era lo que necesitaba.— ¿Porqué no te tomas una cerveza y te relajas? Ya somos mayores y tu lo dijiste cuando estábamos en preparatoria, "cuando sea mayor tomare alcohol"—. En eso último hizo más aguda su voz, imitando al menor; entraron a la cocina y el mayor buscaba en las hieleras que había.

—No me gusta el sabor, además, te puedes meter en problemas—. Aún así estaba preocupado, los padres del ojiazul no eran para nada sueltos.

—Ten, diviértete —. Le dio una cerveza que sacó de la hielera y dejó al más bajo ahí en la cocina.

Alex no tenía ni la menor idea de lo que estaba haciendo, para empezar ¿Porqué estaba ahí?, de seguro su consciencia le dijo que tenía que cuidar del rubio, desde que admitió su sexualidad, sus padres se han vuelto más estrictos.