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Alarma.

Alarma.

Alarma, alarma, alarma.

¡Trabajo!

Me levanté rápidamente de la cama al caer en cuenta que empezaba otro día. A las corridas decidí lavarme el cuerpo, amarré mi cabello en una colega súper alta, mientras en toalla sacaba el uniforme del trabajo, el día de hoy elegí ponerme el pantalón negro ya que las piezas de trabajo consistían en pantalón o falda negra con una camisa blanca y encima un saco negro, dependiendo de uno, si no querías ponértelo podías no hacerlo.

Cambiada corrí al baño a escupir del lavado de dientes que me estaba haciendo. Me enjuague, lavé mi cara mientras me estiraba para alcanzar la toalla colgada a mi derecha, solté mi cabello alizandolo con las manos y luego me peine con el cepillo para tratar de bajar algunos cabellos rebeldes.

No estaba totalmente fresca hoy porque anoche me dormí muy tarde gracias a alguien.

Peleas por mensajes, reproches, inmadurez por parte de ambos.

Fui con mi bolso a la cocina de mi casa para tomar un café frío antes de ir. Tomé las llaves y salí directo al trabajo pidiendo un taxi para llegar más rápido, casi estaba sobre la hora.

Entré al edificio rápidamente para llegar al ascenso que eataba abierto a punto de cerrarse, subí hasta el piso del medio donde era mi puesto en este edificio de quince pisos. Saludé rápidamente a los que cruzaban hasta que ví a mi compañera y amiga desde hace dos años.— Tarde, tarde señorita Jung.— dijo imitando a un superior, terminó por reírse y la acompañé mientras me sentaba dejando mis cosas a un lado bajo mi escritorio.

—¿Aún no vinieron los jefes?

—No, creo escuchar ayer que dijeron que demorarían hoy.— solté un suspiro mientras me tiraba en mi silla, rendida.— ¿Problemas?

—Sí.

—¿De lo mismo?

—De lo mismo.— confirmé— Por eso estoy así, anoche no me dejó dormir por pelear conmigo por mensajes o intentar llamarme.

—No entiendo por qué están así, ustedes se la pasaban bien juntos aunque no los veía seguido, pero las fotos que mandaban cuando estaban juntos todo se veía que iba bien.

—Porque al principio así era, no puedo seguir en una relación así.— me senté bien nuevamente para mirarla.—No era yo.

—¿Que quieres decir?

—Quiero decir, al principio me encantaba, me gustaba él y empezamos a mandarnos mensajes primero, después empezamos a coquetear y luego pasó cosas cuando fuimos de junta a su casa con sus amigos ¿Recuerdas? Tú estabas con su amigo en otro lado de la casa y yo estaba con él en su cuarto, hablando hasta que bueno, fue el primer beso y de ahí no paramos.

—Lo sé, íbamos seguido hasta que después empezaste a ir sola a juntarte con él.— asentí.

—Sí porque me gustaba, me trataba como una reina, hacía todo para nosotros y no quiero decir que este último tiempo me haya tratado mal. Solo que... él no tenía tiempo para mí cuando debía salir, no me acompañaba a sitios, su excusa siempre fue que no le gustaba salir porque se sentia incómodo con la gente. Lo entiendo, pero yo a veces necesitaba que me llevase a citas o algo, no siempre estar dentro de un cuadrado.

—También noté eso, te lo dije pero continuabas con él.— le dí la razón.— KangSoo te quiere de eso no hay duda pero.. tienes razón.

—Terminé lo que teníamos porque ya nuestra situación era repetitiva y de algún modo ambos nos estábamos acostumbrando a siempre lo mismo y por eso lo dejamos extender más, pero hasta aquí llegué. Él también sabe esto, él también está de acuerdo que nuestra relación era costumbre de hacer lo mismo, y no sé por qué sigue peleando y reprochandome cosas. Estoy cansada.

Secretario Kim ✓ KTH.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora