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T.H

Hace una hora que tengo los mismos pensamientos mientras estoy haciendo nada en mi cama. Había pasado dos días desde el hecho en esta cama con mi compañera de trabajo y cada vez que me acostaba o miraba mi habitación me acordaba de todo lo que pasó esa noche.

Y que maldición.

Me giré quedando boca arriba con mis manos sobre mi abdomen mirando el aburrido techo. Fue raro después de los hechos porque a los días siguientes donde nos cruzamos en el trabajo ninguno decía nada, ella parecía no haber hecho nada conmigo, no me esquivaba ni nada de eso pero su manera de dejar de lado lo personal por lo profesional era increíble y la envidiaba.

Nadie sospecharía de que nosotros dos hicimos algo así como actuamos allí. Pero desde que la tuve bajo mi cuerpo que no pude dejar de mirarla más de lo que antes lo hacía, pero algo que realmente me sorprendía era ver como debajo de aquel uniforme de trabajo se escondía el más hermoso cuerpo que he visto jamás y pensar que tuve el privilegio de verla desnuda aquí en mi cama hacía que me sienta un poco excitado otra vez.

Ella me dijo esa noche, le encantó la manera en la que la he tomado hasta el amanecer dejándola totalmente satisfecha. Aunque a mí en el momento del sexo me gusta dominar a mi acompañante, esa noche no pude controlarme por mucho y perdí la poca fuerza de voluntad que empezaba a tener cerca de ella.

Pero hacía tiempo que no tenía sexo con nadie, exactamente desde que conocí a Dayeong que no lo hice y ya pasó un año y medio desde mi última vez con mi ex pareja.

Volvía a pensar en el cuerpo de Haelyn, sus gemidos en mi oreja, sus respuestas a cuando le decía cosas sucias por la excitación, sus besos por mi cuerpo, ella sentada sobre mí y su sensual mirada cuando estaba de rodillas a mí. Estoy sintiéndome mal y es que podía sentir cómo mi miembro comenzaba a palpitar de a poco, alcé un poco la cabeza para mirarme la entrepierna viendo un aún pequeño bulto.

Solté un gemido de frustración llevando mi antebrazo a mis ojos tapando un poco mi rostro. No quiero hacer esto, no quiero tener la necesidad de sentir que debo masturbarme por excitarme pensando en ella. Mi celular sonó sacándome un momento de mis pesadillas, quité mi brazo del rostro y busqué el aparato a un lado de mi pierna izquierda, cuando ví la pantalla era una llamada de Dayeong.

No la había visto hace dos días.

Justamente.

—Hola Daye, ¿Cómo estás?—cuando la escuché hablar me di cuenta que había extrañado su voz en como sonaba por llamada, era muy agradable y seductora al mismo tiempo...—Estoy acostado ahora, sí... no hay mucho para hacer, son las..—alejé el celular para ver la hora que al estar sumergido en mis pensamientos se me pasó por alto.— Once, casi medianoche.

Mientras la escuchaba volví a mirarme la entrepierna viendo como ahora el pequeño bulto de hace un momento se hizo mayor y con la voz de Dayeong siendo ronca.. soy un puerco.

En la mañana ya estaba mejor y olvidé por completo como me sentía anoche y que hice. Llegué a mi oficina dejando mis carpetas y el maletín para comenzar con mi día laboral, no había visto a Haelyn todavía y estaba bien porque necesitaba un tiempo sólo sin alborotarme como adolescente hormonal.

Dayeong anoche me dijo que quería decirme algo pero que aún no estaba cien por ciento segura por lo que posiblemente me lo diga en la tarde o a la noche por llamada de nuevo ya que estaba en la universidad ocupada. Aunque le dije que no había problema me sentía ansioso por saber que era, soy una persona a la que mucho no lw gusta el suspenso y que prefería que si aún no estás listo para decírmelo aún no me lo digas. En fin.

Secretario Kim ✓ KTH.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora