| Pelirroja |

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Ambientado en la Edad Media, 1487, Siglo XV

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1

Mientras Mitsuya miraba aquel cuerpo arder en llamas sobre la hoguera al fondo de aquel patio. Sintió la culpa recorrerlo de pies a cabeza, así como la bilis llegando a su garganta. 

Es que no podía entenderlo.   

Desde que comenzó aquella caza un par de meses atrás, él aun no podía entenderlo. 

¿Por qué aquellas personas?

¿El color de su cabello y ojos realmente los hacía tan diferentes?

¿Realmente todas esas palabras que promulgaba el inquisición papal contra los pelirrojos eran ciertas? 

¿Eran brujos e hijos realmente del diablo?

Mitsuya quizás pecaba de ser muy escéptico e incrédulo, pero al menos él hasta ahora no creía ni en una palabra de eso.

¿Brujería?

¿Pactos con el diablo? 

Él, en medio de aquel atrio, mientras aquel cuerpo se reducía a cenizas, solo pudo ver la condena que cayó sobre un grupo de inocentes. 

El chivo expiatorio por los pecados de alguien más. 

2

Mientras observa a aquella mujer amarrada en la carreta e inconsciente; consecuencia de la golpisa que le habían dado aquellos soldados para capturarla. Mitsuya sintió de nuevo la bilis llegar a su garganta. 

—¡South! La idea era capturarla, maldito bastardo. No golpearla — gruño Takashi hacia el guerrero.

—¿Y eso qué? —retruco despreocupado South, arriba de su caballo. La mueca de la malicia bailando en su bronceado rostro — El inquisidor dejó muy claro que ante cualquier reticencia, usar métodos prácticos. 

La ira burbujeo en la sangre de Mitsuya. 

—No está confirmado que sea una bruja; no ha pasado por el interrogatorio. 

Y South sonrío malicioso. 

—¿A caso crees que realmente cumplen con la verdadera función del interrogatorio?

Mitsuya miró de nuevo hacia la mujer. 

No. El sabía que ese interrogatorio era más una tortura medieval que una asamblea donde solo el dialogo fuera el único protagonista entre el juzgado y el acusado.

—Exacto. Al Inocencio no le interesa la verdad, para él solo basta y sobra como prueba el maldito rojo en la cabeza de esta insulsa. 

Mitsuya apretó la empuñadura de su espada. 

Antes de que South la llevará con los inquisidores. Mitsuya desvió la mirada de nuevo hacia la prisionera, sus ojos miraron sorprendido el color de ojos de la joven.  Se había despertado pero mantenido en silencio ¿desde que momento?  

Pero...

Dejando eso aun lado, a Mitsuya le parecieron los ojos más hermoso que había visto en su vida.

Eran de un tono ámbar muy exótico. 

Y Mitsuya se volvió a preguntar ¿cómo algo tan hermoso podría ser considerado tan maligno?

3

Mitsuya llegó a la entrada de las mazmorras con el corazón latiendo en su garganta. 

Bittersweet 🍯🍊 Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora