ELLA NO, YO LO SOY

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CALEB

Los gritos se escuchaban por toda la instalación, mí rostro estaba inundado de sangre, mientras que movía a gran parte de los trabajadores a mí gusto así que se mataran entre ellos, yo y Livvy solo nos dedicamos a ver y dar órdenes, Livvy con su mente lograba hacer cosas asombrosas era como una reina, una poderosa reina.

Michael solo era un peón en este juego, en nuestro juego, si para nosotros era un simple peón la pregunta es que era para ella, para la mujer de máscara negra llamada Madre?.

- Dónde están los Stevens- pregunto Livvy.

Cómo si fueran unas simples marionetas respondieron inmediatamente.

- La señora Stevens y el señor Stein se encuentran el el pasillo 6, habitación 2- dijo uno de ellas, Livvy me miró.

- Encargaré de ellos- sonreí.

Cómo si yo fuera un fiel seguidor seguí sus órdenes todos se estaban dañando entre si.

Seguro de eso seguí los pasos de Livvy, ella miró la puerta pero antes de abrirla escuchamos una fuerte explosión, ambos miramos el lugar de donde provenía, ahí estaba Madre, con ella 8 chicos los cuales supuse serían como Livvy.

- Veo que aceptaste ser un monstruo como tú mamá- ella se reía en nuestra cara.

- Livvy, ven con migo- mire a Livvy.

Ella parecías resistirse a acercarse a ella, mire que le causaba dolor, uno que parecía muy fuerte.

- Dejala- le grité, ella negó.

- 4 me pertenece, es mi creación- su mirada en Livvy era fría.

- Caleb…Caleb ay-ayud-ayu-ayudame- susurraba Liv, mire mal a Madre.

- No quiero desatar una masacre, aunque ustedes ya mataron a gran cantidad de mis hombres- ella nos miro mal.

- 2 ataca- esas palabras bastaron para que un chico se acercara a nosotros.

El se acercaba a una velocidad grandiosa, pero fui más rápido, me moví y el comenzó a dar ataques torpes, con un simple movimiento de mi muñeca el ya era mi títere, Madre me miraba sorprendido y con un poco de temor.

- 2 ATACA-Grito ella, el no se movía.

Por mi parte de reojo mire a Liv, estaba invada tomándose la cabeza y negando, estaba sufriendo.

Ataque a Madre con su propia arma, en mi camino se interpuso una chica pelirroja, creando un tipo escudo invisible, evitando que el chico diera un paso más, mire a la chica a diferencia del chico, cuando Madre le dio la orden el la siguió como una máquina una que no demostraba nada, en cambió la chica la defendió por su parte, sin resubir órdenes, ella se miraba viva.

- 4 ven- Livvy se paró.

Mire que su mirada estaba perdida, ella la controlaba, Use de nuevo mi poder para usar a Liv, como uno de mis títeres, los hombres de allá abajo ya estaban muertos pero tenía a 2 nuevos y mejores títeres, como mamá les llamaba.

Ella me miró mal y hizo una mueca de disgusto, yo sonreí, con una señal puros a todos ellos a pelear contra nosotros.

No tengo la menor idea de que habilidad tenga el número 2, pero comence a atacar con el, con Liv me encargaba de entrar en sus mentes, mire como el chico con tan solo un toque robaba energía, de los demás, eso era una pequeña ventaja.

Me gusta alargar las cosas pero no tengo tiempo.

Con el simple sonido de mis dedos unirse, todos en este pasillo eran unos simples juguetes, deje de manejar a Livvy, la cual al parecer ya estaba mejor, cuando me miró me sonrió y dejó un beso en mi mejilla.

- Ya me avía aburrido, que bueno que lo controlas te- yo asentí.

- Ahora quiero a mamá, a papá y a Charlotte.

Yo asentí, entramos a la habitación, ahí estaban papá y mamá, abrazados con sus ojos rojos, mamá subió la mira al encontrarse con migo en los ojos de mamá hubo un brillo, y el de papá me miraba por primera vez con un gran y el único brillo que si mirada me daba.

- Caleb, te convertiste en demonio- dijo mamá sonriendo.

- Por la familia soy capas de esto y más- le sonreí.

No sé cómo pero destroce las cadenas, pasó igual con papá, Livvy entro a la habitación y abrazo a mamá, para después abrazar a papá, mamá miro sorprendida a Liv, por su aspecto, sí tenía sangre por toda la ropa y el rostro, además de que venía descalza, y con algunos golpes en el rostro, además de que sus ojos brillaban.

- Necesitamos a Charlotte- dijo mamá.

Yo asentí.

Caminamos por los pasillos, hasta encontrar la habitación donde estaba Charlotte, al abrir la puerta ahí estaba, de pie, nos miro con rencor y odio puro, entonces ahí en la esquina se miraba una máscara, una blanca y negra, una mujer salió de la oscuridad, con una risa maníaca.

- Charlotte- le dije.

- ¡PORQUÉ! ¡Vienen a arruinar todo- nos grito.

- Querida, tranquila, déjame charlar con ellos- Dijo está mujer.

- CHARLOTTE, VASTA DEJA ESTOS JUEGOS PARA OTRO DÍA- Le grito mamá.

- Oh querida Keia, esto no es un juego- dijo la mujer.

¿Keia?

Keia, Keia, de quien habla?

-¿Quien eres? - le dijo papá ella sonrió.

- Yo soy madre, ella no……

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