[ T R E I N T A Y S E I S ]

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[ ES ELLA ]


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Jonas


No fui apegado a mi madre, ni a mi padre, pero si fui apegado con una persona y es de la que el mundo desconoce porque me esmeré en que fuera invisible para el resto. Sé como es el mundo, cruel, frío, injusto, por eso me negué a que el mundo la viera a ella. 

Solo que fallé e Ian encontró mi debilidad. 

«Mi adoración... mi hermana menor».

Las cosas van de mal en peor porque se supone que quién ganaría el caso sería Ian, pero fue tan estúpido e impulsivo que él solo se lanzó al abismo con tal de hacer enojar a su primo y por ese descuido todos dependíamos de un hilo.

Llevó buscando a Lyle desde hace 20 minutos, pero no lo encuentro y el que Caroline se haya largado directamente a ver a Charles solo me comprueba lo que ya sé y es que nos están pisando los talones. 

Sabía desde el inicio que iban a descubrir algunos de nosotros y es que aunque hubiera querido que fuera Lyle primero, ese cabrón me iba a traicionar porque lo único que le importa es él mismo y el dinero. 

No lo encuentro por ningún lado por más que doy vueltas por todo el lugar y supongo que se fue. Camino con prisa hasta la oficina de Charles, pero antes de tocar, es la inglesa quién sale con los ojos rojos y las lágrimas corriendo sobre sus mejillas y ahora entiendo porque tanta rabia de parte de Ian, porque tanto coraje en que fuera Charles el que se la quedará como si se tratará de un trofeo.

Y es que no se la merece... pero esto no es del todo por ella. 

— ¿Qué pasó?

Ella me mira, muerde su labio tratando de contener el llanto y se arroja a mis brazos. No sé que hacer y no entiendo lo que está pasando, hasta que el pelinegro sale sin expresión alguna de la oficina.

— ¿Qué hiciste?

—No te metas, Jonas —me mira mal—. Lárgate hacer tu estupidez a otro lado, Caroline. ¡Ve a probar que sola puedes con Ian! —se ríe y la castaña se separa de mí, no veo cómo lo mira, pero Charles no se ve afectado y a mí no me gusta verla así—. ¡Lárguense los dos! Que seguramente tú vas apoyarla en todo.

— ¡Eres un idiota! —le grita ella y busca irse encima de él, pero la retengo entre mis brazos no dejando que se acerque a Charles—. No sabes cuanto...

— ¿Me odias? Cuando tengas algo nuevo que decirme, vienes y me lo gritas, pero si no es así te sugiero que te largues con tus planes de mierda hacer lo que tanto quieres, pero que te quede claro... que si le tocas un pelo, no te lo voy a perdonar, Caroline.

La esposa del Diablo: Purgatorio [ 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora