Donde hay poca justicia es un peligro tener razón. -Francisco de Quevedo
Capítulo 18: ¿Justicia?
Habían pasado ya una semana desde que había comenzado a entrenar con Oslo. Desde la situación anterior, el entrenamiento había sido igual de intenso, pero se había regulado el tiempo para permanecer dentro del lago. Christopher sabía que algo había sucedido en la reunión de Oslo y Mongol. Pero, no por eso, este estaba menos irritado.
Por otro lado, Nahomi le hablaba, pero con palabras cortas y monosílabos. Era extraño, porque no sabía en qué momento había cambiado. Bueno, no, sí lo sabía, todo fue desde su última estancia en la enfermería. Lo que no sabía, en realidad, es que malo había hecho él para que ella no quisiera hablarle. Por eso, no había vuelto a preguntarle sobre la idea de tener una cita en el bosque.
Al menos, cada día mejoraba en su entrenamiento. Ya estaban en la fase en la que él debía demostrar sus habilidades físicas no solo luchando contra Oslo, sino también contra Gligar. Oslo era muy bueno. Pero lo que realmente atemorizaba de este era su fuerza y lo escurridizo. Christopher, unos días después de su primer día de entrenamiento, se dio cuenta que la habilidad de Oslo se resumía, en realidad, en dos: súper-fuerza y la capacidad de cambiar su propio cuerpo en una especie de sombra con la que se fundía con la materia, y con eso era capaz de evitar daños físicos a voluntad. Esa combinación lo hacía temeroso, pues solo necesitaba sorprenderte con un solo golpe para dejare fuera de combate.
Gligar, por su parte, era veloz y certero, lo que lo hacía un poco más letal que el otro. Lo que realmente le parecía una tortura para Christopher es que Gligar dominara todo. Era jodidamente bueno. Esa combinación de sus poderes y del combate cuerpo a cuerpo, era lo que verdaderamente lo hacía una máquina para matar. Si te acercabas demasiado, alguna espina salía de su cuerpo y podía terminar enterrada en su cuerpo si no tenía cuidado. Y Christopher sabía que, de no haber sido por su habilidad precognitiva, estaría perdido.
Christopher, perdido de la noción del tiempo desde que habían escapado de FACTORY, estaba seguro que estaban, tal vez, finalizando el segundo mes o iniciando el tercer mes desde ese hecho. Desde entonces, ahora había ganado más confianza en el terreno pues había visto las mejoras que él y su hermana habían tenido desde entonces. Oslo se encargó de enseñarle lo básico del combate de cuerpo, pero, supo que, al no ser humanos comunes, era ajustar lo básico con sus habilidades extrasensoriales y aplicarla dentro del terreno para crear una combinación realmente intensa. Lo supo, cuando se vio llevando el mismo ritmo de lucha de Gligar y Oslo.
Ahora sí había posibilidades, para él, de hallar a su madre. O al menos, podían acercarse un poco más. Solo esperaba que no fuera una simple utopía.
Aquel tiempo, le permitió acercarse un poco más a los hombres allí. Aligerando su relación con Oslo y Gligar. Eso fue el punto exacto para que ambos le comentaran sobre la lucha al final de su entrenamiento, y la razón de por qué la realizaban; todo ello era para saber si eran realmente dignos de estar entre el grupo y sobrevivir a la rebelión. Incluso, le dijeron que le darían un traje especial de lucha, como a ellos, que caracterizaría su fuerza y especialidad. Sus trajes resultaron ser un símbolo que les unía a todos.
Ese día, Christopher se había despertado muy temprano. La temperatura de aquel bosque cada día parecía descender más, y daba gracias a Dios que, en un par de días atrás, Oslo ya había desistido en seguir entrenando dentro del lago. Debido a eso, justo en ese momento estaba mucho más abrigado de lo que lo había estado en los días anteriores. Bueno, él y su hermana eran quienes estaban de esa forma. Christopher, llevaba sospechando desde hace un tiempo que los trajes especiales que los demás usaban eran térmicos, porque, aunque parecían ser más delgadas que sus ropas, estos parecían demasiado tranquilos en aquel clima.
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Código Genético: El Inicio [Libro 1]
Ficção CientíficaLa historia comienza bajo la vida de dos hermanos que viven en Vancouver, Canadá. Una epidemia causada por un virus se expande rápidamente por todo el país, colocando a este en un estado de emergencia nacional. FACTORY, una compañía especializada e...