Código Genético: El Inicio [Libro 1]

Los Z

"Es un mundo imperfecto, pero es el único que tenemos" -Iron Man

Capítulo 21: Los Z

—¿Dices que has manifestado un poder de categoría Z?

La pregunta de Mongol fue desconcertante para Christopher. En aquella tienda que parecía funcionar como una oficina improvisada de Mongol y, al mismo tiempo su habitación, había un escritorio a un lado, con alguna biblioteca pequeña, y un sistema de computadoras y maquinas encendidas. Al otro lado, estaba una pequeña cama, cómoda, tendida y limpia, y él, estaba apoyado sobre el escritorio pensativo. Allí también estaban Nahomi y Ransell justo detrás de Christopher.

—Señor, la verdad es que no estoy seguro de qué responder —afirmó—. No sé a qué se refiere con un poder de categoría Z.

Mongol se masajeó el puente de la nariz, mirando primero al chico y luego a Ransell.

—¿Realmente no saben nada?

—No, debo admitir que en el año que estuve encerrada en el corralito, nunca escuché hablar sobre lo que acaba de mencionar, señor —respondió Ransell.

—Es entendible que lo mantengan en secreto. Revelar que un mutante sería capaz de destruir toda la compañía por sí solo si lo deseara, sería un peligro para ellos —dijo Nahomi—. Es posible, incluso que los eliminaran antes de dejarlo retenidos. Correr riesgos para sus operaciones sería un problema.

—Tal vez... pero me temo a que no es exactamente lo que sucede —añadió Mongol. Tomó una bocanada de aire y continuó: —La expresión genética de un mutante ha permitido poderlos clasificar a estos en diferentes niveles: Los mutantes se clasifican en A, B, C, D y Z; todos determinan el nivel de peligro que cada uno representa, basados en la magnitud del poder que estos conllevan en su interior.

Tanto Ransell como Christopher se miraron entre sí. Eso era sorprendente.

—Suena a los X-Men y todo el rollo de los mutantes omegas —dijo Christopher—. Usted cree que yo pertenezca a esa clasificación.

—Es posible —contestó Mongol—. Y es justo eso lo que vamos averiguar ahora.

Mongol se apartó del escritorio, se fue hasta el sistema de máquinas y sacando un aparato de una de sus gavetas, le hizo seña a Nahomi para que colocara a Christopher en una pequeña silla de cuero que tenía a un lado. Christopher al sentarse, se vio envuelto de cables y chupones, y Mongol dijo:

—Este aparto, en conjunto de mi computadora, aunque es algo antigua, tiene la capacidad de medir la expresión de tu gen mutante. En principio, no la usé con ustedes dos porque hasta hora, tenemos a dos mutantes de clase D —La mirada de Christopher hablaba por sí sola en querer saber quiénes eran—. Creí que ya lo sabías —dijo Mongol, ahora tecleando su computadora—. Esos mutantes son Bionic y yo —agregó—. Siempre creí que pertenecías a la clase C o D, al igual que tu hermana, pero creo que me he equivocado, así que debemos hacer esta prueba. Sentirás una pequeña corriente en tu cuerpo...

No había terminado la frase, cuando una energía recorrió el cuerpo de Christopher por completo. Lo de pequeña, en realidad, le apreció una vil mentira por parte de Mongol, pues el shock fue tal, que los ojos se le pusieron blanco de inmediato y un grito aterrador salió de él.

—¿¡Qué le hace!? —Gritó Ransell, la cual estuvo a punto de sacar a su hermano.

Cuando las computadoras comenzaron a sonar por sí solas:

"¡ALERTA! ¡ALERTA! ¡MUTANTE DE CLASE Z! ¡SE RECOMIENDAN MEDIDAS DE SEGURIDAD! ¡ALERTA!"

Así repitió varias veces, hasta que Mongol la apagó. El cuerpo de Christopher se reposó en la silla. Estaba sudando y con pánico reflejado, y dijo con dificultad: