¡Anda, salta!

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Llegue a la escuela, no lucia igual cómo en la mañana lucia más tenebrosa de lo normal y lo peor de todo me picaba el pasa montañas y aparte no me dejaba ver bien, pero la ropa negra de pies a cabeza no te permite reconcer a nadie y ese era un punto a mi favor.

Ya qué todo estaba solo camine decidida para examinar por que ventana, puerta, reja, escondite iba a entrar.

Al llegar a la puerta principal de la escuela me encontré con Sebastian sentado en las escaleras soñoliento vestido de negro por completo y su cabello miel despeinado y sus lentes tirados en el piso.

-Me alegro qué hayas llegado cómplice.-Le palmie el hombro y el se despertó.

-Ay, por fin llegas.-Recogio sus lentes y se rasco el cuello.-Vamos.

No metímos por una ventana, bueno después de qué Sebastian no pudo derrumbar la puerta con un pie, aventamos piedritas a la ventana de el piso superior hasta qué la rompimos. Me subí en los hombros de Sebastian pero no falto su comentario sarcástico:

-Estas muy pesada.-Lanzo un bufido y después río y reí junto a el, me colgué en el borde de la ventana y entendí en esos momentos que las clases de educación física servían para algo, hice una barra y me subí con dificultad, luego ayude a Sebastian a subir pero el no podía ya que es un debíluchó, hasta que por fin dio un pequeño brinco, estaba a punto de arrancarme los brazos pero logro subir.

Buscamos en la dirección, Sebastian se tardaba mucho en correr entre los pasillos y decidimos qué el se sentaría a esperar hasta qué yo encontrara la direccion , cuando por fin la encontré Sebastian se levanto con pereza y buscamos los papeles de Diego con dificultad por culpa de la obscuridad, lo perdí por un rato y después las luces se encendieron.

-¡Y se hizo la luz!-Me guiño un ojo y me di media vuelta, medio sonrojada.

Pasamos la letra A,B,C,D,E" detuve la mano de Sebastian y retrocedí una letra,en letras gruesa y cursiva decía: Cárdenas Valencia Diego.

Tome la hoja entre mis manos y Sebastian me arrebató la hoja y escuche con atención como leía los datos:

Nombre: Cardenas Valencia Diego
Edad: 18 años
Tipo de sangre: O+
Escuela secundaria: Liceo Grolejas.
Alergias: Polvo, Maní.

-No, no, no, no. Eso no nos sirve.-Dejo de leer.-Sebastian se me quedo viendo.-¿Acaso no hay ninguna dirrecion o numero de teléfono?

-Ah, si. En la parte de atrás de la hoja viene la dirección de su casa.- Lo voltee a ver, asintió y me entrego la hoja.

Se quedo sentando con las piernas estiradas y acomodo su pasamontañas para qué se pudiera poner sus lentes encima de este, sus ojos color miel resaltaban y sus ojeras se veían bien a pesar de que estábamos despiertos a las 3:42 am.

Un inconsciente "Gracias" salio de mi boca el me volteo a ver, me observo por un largo instante.

-Me gusta cuando te sonrojas.

Me sonroje al instante.

En mis oidad retumbo una sirena, mi piel se puso de gallina y Sebastian empezó a hiperventilar.

Tome los papeles de Diego, los meti en mi mochila, Sebastian corrió a apagar las luces, agarre mi mochila, tome la mano de Sebastian, la única salida que teníamos era por la ventana.

-N..n..o.. No, Ana, no.-Embarro sus manos en su cara y siguió hiperventilando.

-A ver, ¿entonces que hacemos?

-Entregarnos, ahora mismo.

Me sonroje de nuevo abrió los ojos de par en par.

-¡ANA, DIOS MIO!-Rio muy fuerte, pero una risa linda.- Eres una pervertida, entegarnos a la policía bebé.

-Mejor hay que saltar por la ventana ¿no crees?-Asome mi cabeza, sentí como el mundo me dio vueltas, las sirenas se escuchaban cada vez más cerca. Tome la mano de Sebastian y el la apretó con tanta fuerza que sentí que la iba a safar de mi muñeca.

-¡Anda, salta!

No todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora