Química cuantica.

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Sebastian estaba sentado comiendo solo, bueno con América y sus amigos, pero ellos mantenían una platica divertida y el sólo masticaba lento y de vez en cuando sonreía hacia América.

Tome mi torta y corte un pedazo lo hice bola, lo avente hacia Sebastian y pegó en su hombro, el volteo y me sonrió, le dijo no se qué a América y ella asintió sin antes plantarle un beso, el parpadeo repetidas veces y se acerco a mi.

Me quede inmóvil, mi boca se seco, mis manos sudaban, quería salir corriendo, pero a la vez no quiero.

-Tierra comunicándose con Ana, ¿Ana estas ahí?-Sebastian movió su mano enfrente de mi rostro.- Maldita sea Ana, es la tercera vez qué haces esto en la maldita semana.-Embarro sus manos en su rostro y alzo los ojos ocultando su pupila.

-Oh, demonios, perdón es qué pensé haber visto a Diego en la fila para el almuerzo pero no, solo es un chico de nuevo ingreso ¿Que me decias?

Menti

Puse mis ojos saltones para qué supiera que le hacia caso, pero era una mentira, mi mejor amigo acaba de besar a mi enemiga, pero Diego ya había faltado por más de 1 semana.

-Te estaba preguntando sobre el citatorio qué te mandaron en historia y te congelaste.-Observe el abismo y al ver a Sebastian el rodó los ojos y hablo.-Pero así déjalo Ana.

-No, espera Sebastian te estoy escuchando.-Le grite y se fue alejando cada vez más.

Se fue con ese estilo relajado de siempre mientras qué yo me quede a terminar mi almuerzo, pero no se fue con América, si no qué se fue solo.

[...]

[...]

Sebastian me ignoró en todo el día, pero no se me ocurrio ninguna excusa y me intente acercar a el para el proyecto de química cuántica pero se fue con América, y sólo quedo un chico, le sonreí pero el volteo y Susana le guiño un ojo, solo me sonrió apenado.

Maldita seas Susana, quedé como la tonta que no sabia hacer el proyecto, pero es la verdad, todos estaban sentando en sus pupitres de dos en dos la mayoría eran "chico-chica"

Deje de observar y me senté en un banco, me puse los lentes y moví los tubos de ensayo de izquierda a derecha con nervios.

A lo lejos veía a Sebastian claramente coquetear con América, con su sonrisa de lado y sus hoyuelos perfectamente marcados. Mientras qué ella le correspondía enrollando su cabello plástico en sus dedos y inclinándose hacia el, y el sólo se mordía el labio, sentí como mi corazón se rompió un poco ya qué el solo se mordía el labio conmigo.

Sentía como mis puños me dolían de apretarlos tanto, y la otra mano sostenia muy fuerte el tubo de ensayo,tome mis cosas y las meti a mi mochila de forma brusca y el maestro molesto me pidió mi trabajo final y avente el material en el piso y este se rompió en mil pedazos.

América me vio con burla y pena, mientras que Sebastian miraba atontito, antes de salir del salón asesine a Sebastian con la mirada y me fui cerrando la puerta de un portazo.

No todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora