One-shots & Headcanons🗡️👑Edmund Pevensie x Reader

My girl

Sí, me inspiré en esa escena de Forest Gump.
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Edmund

Las clases terminaron por hoy. Salí del salón y después de conversar con mis amigos un rato, fui a esperar a mi novia, (T/N), para acompañarla a casa. Sonreímos al vernos y tomó mi mano.

Siempre nos esperámos de la escuela para tomar el tren y la acompaño a casa, no hay problema en eso pues si casa está a un par de calles de la mía.

Cuando llegamos a la estación y nos detuvimos frente al carril para tomar el tren, (T/N) volteó hacia atrás al mismo tiempo que soltaba un grito que no llamó la atención de casi nadie por lo concurrida de la estación. Un chico le había alzado la falda.

–Oye, ¿por qué hiciste eso? –le dije al chico que se volvió a mí despreocupado.

–Disculpa, ¿me hablas a mí?

–Sí. ¿No te enseñaron a respetar a las mujeres?

–¿Vas a tú a enseñarme modales?

–Tal vez es tiempo de que alguien lo haga.

–Yo te enseño algo mejor.

Recibí un puñetazo y empezó una pelea. Sé que no es la manera, pero quería hacer algo por defenderla. La gente no tardó en juntarse a ver, como siempre. Unos guardias vinieron a separarnos y todo terminó.  Pasé mi mano cerca de mi labio y descubrí que empezaba a sangrar. Limpié mi mano en el pantalón y me acerqué a (T/N) que tenía los ojos enrojecidos y se veía asustada.

–¿Estás bien?

Asintió con la cabeza y fue la única respuesta que recibí. Subimos al tren en cuanto llegó y tomamos asiento.

(T/N)

Nadie dijo nada durante el trayecto, pero su mano estaba en la mía.

Es rara la vez en que Edmund se mete en una pelea física, pero a veces los chicos no dejan otra opción. No se enoja tan seguido, pero es fácil hacerlo enojar. A veces lo hace por cómo son las cosas, porque están mal y nadie parece verlo.

Bajamos al llegar a nuestra estación, subimos las escaleras para llegar a la calle y caminar.

–Debes dejar de meterte en peleas–dije–. Lo único que ganas es lastimarte.

–Alguien debía ponerle un alto a su comportamiento asqueroso...

–¿Y qué lograste?

Ambos nos detuvimos y el silencio volvió a instalarse.

–Ed, aquí no eres el Rey Justo que es admirado por todos, no puedes ir y corregir todo lo que está mal.

–Por algo se empieza, ¿no? Además, en Narnia no todos me admiraban y hubo muchas cosas que no pude hacer.

–Entonces, ¿por qué seguir intentando?

–Sé que pelear no es la manera, pero pareciera que esos neandartales no entienden de otra manera–sonreí por lo de neandeartales–. Además, quería protegerte. Eres mi chica... y te amo.

Tenía razón. La violencia no es una forma, pero hay otras maneras. Él, sus hermanos y yo tratamos de cambiar cosas como ésta, aunque a veces no resulta. Ojalá seamos eco para alguien más.

Me encantó lo último que dijo. No suele ser muy expresivo, pero me sorprende cada vez que lo hace. Sonreí y me apresuré a quitar una lágrima que se iba deslizando por mi mejilla.

–Siempre seré tu chica. Y te amo.

Edmund sonrió. Lo abracé y me correspondió. Me sentí bien. Me miró y me besó en la frente. Lo tomé del brazo y me llevó a casa.