El experimento fallido

Despedidas

24/10/21

Capítulo 4

Despedidas

Advertencia: prepárense para llorar.

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2 días habían pasado desde el incidente, era un día de limpieza por la tarde a Spinelli le tocó lavar la ropa, su abuela le había enseñado a usar la lavadora con maestría, desde la cantidad del jabón y suavizante hasta el ciclo de lavado según el tipo de ropa. Se había acabado el jabón así que tenía que buscar más en el armario de escobas. Abrió una de las puertas y se topó con la habitación de las cajas que encontró en su primer día. Debía buscar el jabón, pero su curiosidad le ganaba, era de mala educación fisgonear, pero no estaba en las reglas de la casa el no poder entrar a esa habitación, no se tardaría mucho.

Decidió entrar, en una de las cajas sobresalían juguetes, eran muy viejos, debían ser de su papá, había una caja llena de libros, se emocionó por encontrar otro libro como el principito, le encantó el significado del libro, se topó uno pesado y polvoriento, sus hojas eran amarillas, al abrirlo se topó con muchas fotos viejas, debía ser de su abuela. Siguió viendo las páginas hasta que se topó una foto de una niña de unos 8 o 9 años, tenía un vestido azul, su cabello azabache suelto y revuelto, unas botas antiguas y llenas de tierra, se veía que no se quedaba quieta, lo que la extrañó es que era exactamente igual a ella, si no fuera porque la foto era viejísima y ella nunca había posado con esa ropa diría que era ella.

- Ashley ¿Qué haces aquí? – enserio, ¿Cómo lo hacía?

- Amm, solo veía lo que había aquí – se excusó escondiendo el libro tras de sí.

- dejaste la lavadora encendida – vio lo que ocultaba - ¿no te dije que no entraras aquí?

- No, dijiste que no podía entrar al garaje.

- Jum, chica lista, si prestaste atención. De todos modos, ¿qué te dije de fisgonear?

- Oye, si no quieres que vea algo, guárdalo o ponle llave, sigo siendo curiosa – Beatrice suspira.

- Si que eres un caso.

- Oye Betty, ¿Quién es la niña de la foto con el vestido azul? – abre el libro y enseña la imagen. Beatrice parece sorprenderse.

- Tenía tanto sin ver este álbum, creí que lo había perdido – le respondió tomándolo.

- Entonces, ¿Quién es la niña y por que se parece a mí? – siguió preguntando.

- Suspira – sígueme – ambas caminan fuera de la habitación, llegan a la sala y se sientan, abre el álbum en la foto – esta pequeña que vez aquí, soy yo.

Spinelli se sorprende, esa niña sucia y poco agraciada era su abuela, la que era estricta y tan femenina.

- Pero ¿Cómo? – no sabía que decir.

- Yo era igual que tu cuando niña – cambia de página a una donde salen varios varones y una niña – crecí en una familia donde había 5 varones, crecí entre hombres, mi madre murió cuando nací yo. Así que me críe como una salvaje, no me importaba mi apariencia, era agresiva como un chico y hablaba como marinero, no sabía vestirme. Papá no sabía que hacer conmigo, pero me dejó ser. Cuando crecí las demás chicas se burlaban de mi por cómo me vestía, nada de lo que usaba combinaba o era femenino, los chicos que me gustaban me evitaban por ser demasiado brusca. Crecí y decidí unirme al ejército, como enfermera obviamente, antes no había esta 'inclusión' de la que todos hablan, las mujeres no podían ser militares. Siempre tenía que sobresalir de entre los hombres para que no me cubrieran sus sombras. Al final conocí a tu abuelo cuando estaba en servicio, nos enamoramos. Por amor aprendí a vestirme correctamente y actuar como una dama. Tu abuelo decía que me amaba tal cual era, que no quería que cambiara, aunque debó admitir, que también lo hice por amor propio.