Dix

2.6K 373 84
                                    

Decidí sólo ignorarlo.

No podía decepcionarme si era obvio lo que sucedía.

Porque... ¿A quién le podría gustar alguien de su mismo sexo?

¿A quién le podría gustar yo?

Soy un raro con una alergia rara que tiene mucho dinero.

Sólo ignóralo, Sunoo, ignóralo.

Ignora el hecho de que ahora esos dos están juntos.

Un chico alto, musculado, de tez blanca, ojos castaños tirándole al anaranjado, cabello negro oscuro y bonitos lunares no podría gustar y menos enamorarse de mí.

Él es la única persona que me puede tocar, probablemente eso es lo que más duele. Que no tengo la esperanza de encontrar a alguien más.

Después de terminar el poco trabajo que quedaba decidí irme a casa, pasando de largo de Sana con sus "buenas noticias".

Creo que soy estúpido. Debí de haber hecho algo pero... Es la primera vez que algo así me pasa. Era la primera vez que alguien había estado cerca de mí. Toda mi vida la había pasado solo, y apenas ahora comprendía qué era estar cerca de alguien.

Llegué a casa en menos de 20 minutos. Subí a mi habitación ignorando a mi madre diciendo que la cena casi estaba lista.

Dejé mis cosas en el suelo, a lado de mi cama y me tumbé en ella.

Mis lágrimas salen y no encuentro alguna forma de detenerlas.

¿Por qué?

Nos habíamos conocido hace menos de un mes.

Nunca habíamos tenido una conversación de verdad.

Yo no sabía nada de él.

Apenas sé que su nombre es Sunghoon Montsco. (Lo cuál da gracia, porque es muy parecido al Montesco de Romeo y Julieta). Apenas sé que tiene 23 años, y que le gusta mirar la lluvia cayendo en la ciudad de lejos.

Tal vez él sólo se quería aprovechar de mí por ser el débil dueño del teatro.

No lo sabré, ni quiero saberlo.

"Hijo, ¿estás bien?" dijo mi madre al otro lado de la puerta, "¿estás ahí?"

"Sí" dije con la voz ronca, quería tomar una siesta, estoy cansado.

"Está bien, guardaré comida para ti en la nevera, por si quieres comer más tarde"

"Gracias"

Escuché como se alejaba de mi habitación y bufé.

Tenía que sacarlo de mi cabeza.

Me acosté a dormir un rato, tal vez sí necesitaba un descanso.

Una hora después desperté y decidí darme una ducha. Al terminar me volví a vestir, pero ahora con pijama.

Dispuesto a volver a dormir me acosté, pero suaves golpes en mi puerta lo impidieron.

"¿Puedo pasar?" preguntó mi madre.

"Sí" respondí.

Entró y se adentró en mi habitación, en sus manos reposaba un álbum de fotografías que yo reconocía.

Era el álbum en donde estaban todas las fotos de mi niñez, es decir, cuando vivía en el hospital.

"En la mañana Mina y yo estábamos limpiando el ático, y encontramos este álbum" comenzó a explicar, "me puse a verlo y recordé que había un único niño que te podía tocar. No recuerdo bien su nombre, pero sé que él tenía una enfermedad parecida a la tuya, y por eso te podía tocar. Me puse a pensar y eso podría estar pasando contigo y con la chica de la cual me hablaste el otro día"

Quedé perplejo.

No recordaba nada de eso.

Con cuidado de no tocarla tomé el álbum de sus manos y comencé a verlo.

En la mayoría de las fotografías estábamos un chico de cabello ondulado y yo.

Abrazados, tomados de las manos y hasta dormidos juntos.

Supongo que éramos muy amigos.

"¿No recuerdas su nombre?" pregunté atontado.

"No, pero en ese entonces tú tenías un diario, tal vez escribiste algo de él en el"

"¿Sabes dónde está ese diario?"

"En el ático, mañana te lo traigo"

Asentí.

Se despidió de mi con un gesto de cabeza y me dejó de nuevo sólo en la habitación con el álbum.

Seguí mirando viejas fotos, hasta que volví a caer dormido.

Excepto tú || SunSun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora