𝐂𝐚𝐩 3

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𝐋𝐢𝐞𝐬𝐞𝐥

Estábamos en la cafetería mientras que la consejera Blatt daba una estúpida charla contra el bullying la cual solo iba a servir para empeorar más las cosas.
Pero la consejera prefería perder su tiempo dándola.

—... no voy a dar nombres, pero el otro día me llamó una madre porque su hijo lloraba ya que se burlaban de su deformidad facial—dijo la consejera demasiado obvia.

Todos giraron a ver a Eli muy descaradamente.

Eso me molestó bastante.

—¿Podría ser más obvia?—le cuestioné en voz alta a la consejera haciendo que la atención de todos ahora se posara en mí—. Es una puta cicatriz, no una deformidad.

》Y si piensa que haciendo estas charlas va ayudar en algo está muy equivocada.

—Creo que su conducta no está siendo correcta, señorita Roberts—comentó la consejera—. Por lo que lo mejor para mejorar su conducta será que se vaya por lo que queda de día.

—¿Es en serio?—cuestioné, incrédula —. ¿Me va a suspender por defender a mi amigo?

—Es lo que ha oído—respondió la consejera causando que yo rodara los ojos.

Cogí mis cosas de la mesa.

—Luego te paso la dirección del dojo—me susurró Miguel a lo que yo asentí.

𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲

Había pedido unas pizzas, solo quedaba que mi madre llegara.

Cuando escuché que la puerta se abría me acerqué a la entrada.

—Hola, mamá—saludé—. ¿Quieres hacer un maratón de pelis? He comprado esas pizzas que tanto te gustan.

—Lo siento, cariño. He quedado—respondió mientras se ponía un collar. Bajé la mirada triste—. Sé lo que piensas, pero dentro de poco tú te irás con Liesel para poder vivir vuestra vida y, ¿no querrás que esté sola?

Negué sonriendo de lado.

》Nos vemos cariño—salió por la puerta—. Oh hola Liesel.

Fruncí el ceño, confuso.

—¿Liesel?—cuestioné—. ¿Qué haces aquí?

—Me han expulsado lo que queda de día y decidí venir aquí—respondió.

—¿Ya te han expulsado?—pregunté medio divertido.

—Solo trataba de defender a mi amigo—se excusó—. En fin...

Miró un momento a mi lado antes de volver a mirarme.

》¿Te vas a comer todas esas pizzas tú solo?

—No, eran para mi madre y para mí, pero ella ha quedado con otro tipo—expliqué—. Siempre igual.

Tomó mis mejillas para dejar un pequeño beso en mis labios.

—No te preocupes, amor—dijo—. No estás solo.

Ella me conocía demasiado bien como para saber como me sentía.

》Me tienes a mí, y siempre voy a estar contigo, recuérdalo.

—Lo sé—aseguré con una pequeña sonrisa—. ¿Quieres pizza?

Ella asintió.

—¿Qué pelicula veremos?—preguntó mientras nos sentábamos en el sofá.

—La que tu quieras—respondí para luego mirarla.

𝙈𝙞 𝙥𝙚𝙤𝙧 𝙙𝙧𝙤𝙜𝙖 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙩𝙪́ || 𝘾𝙤𝙗𝙧𝙖 𝙆𝙖𝙞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora