Capítulo 03.

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Cuando Namjoon entró a su habitación con la intención de verificar si su orden fue cumplida, no esperaba encontrar al joven en el suelo y aparentemente dormido. Sus cabellos oscuros le cubrían parte del rostro y sus manos seguían esposadas detrás de su espalda.

La posición en la que se encontraba se veía verdaderamente incómoda y una vocesita molesta en su cabeza le decía que Jungkook no merecía ese trato. Sí, él tenía información que podía perjudicarlo pero es que había caído en una especie de hechizo después de su noche juntos.

A regañadientes le quito las esposas, notando al instante las marcas rojas que estas dejaron en su piel. Luego, lo tomó con sumo cuidado entre sus brazos para dejarlo boca arriba en el medio de la enorme cama, escuchando un pequeño suspiro de su parte cuando su espalda encontró una posición cómoda.

El mayor movió los mechones rebeldes de su cabello lejos de su rostro que no mostraba más que tranquilidad. Pero terminó concentrado en las oscuras bolsas debajo de sus ojos y lo pálido de su piel, un tono que decía que algo andaba mal. Probablemente estaba enfermo.

La curiosidad por descubrir más lo llevó a desvestirlo, comenzando con sacarle la camisa y después la camiseta. Sus costillas se marcaban levemente contra su piel debido al largo tiempo sin alimento. Tuvo un extraño sentimiento que revolvió su estómago, ni siquiera lo había notado cuando tuvieron su noche de intimidad.

Tocó con sus dedos las marcas rojizas y violetas que dejó en su piel, estaba arrepentido por tratarlo de ese modo. Había cruzado la línea. Quizás porque había pasado tiempo desde la última vez que estuvo con alguien. Aun así no era excusa.

Se levantó de la cama soltando un suspiro, y peinando su cabello hacia atrás con una mano mientras se encaminaba a su armario para sacar algo de ropa cómoda para Jungkook. Tomó una camiseta con logotipo y un pantalón de pijama a cuadros rojos y colores negros.

¿Qué haré contigo? murmuró dejando el conjunto de ropa sobre la cama y dedicándose a mirar sus labios descoloridos.

A pesar de lo mal que se veía, ese joven tenía algo que llama su atención. Algo que le gusta mucho. No sabía exactamente qué, si su cuerpo, su bonito rostro, sus ojos brillantes tan expresivos, el tono de su voz, o lo bien que lo hizo sentir en una sola noche.

Le acarició la mejilla con cuidado, no dándose cuenta que poco a poco se acercaba a su rostro hasta el punto en que sus respiraciones se mezclaban. Plantó un beso en el lugar por donde pasaron sus dedos, formando un camino a sus labios. No fue un simple besito pequeño, deseaba besarlo y ser correspondido con la misma intensidad que esa increíble noche.

Y con ese pensamiento fue que se atrevió a profundizar el contacto, sintiendo casi de inmediato los movimientos torpes del chico debajo de su cuerpo. Él estaba respondiendo justo como deseaba, el trato inocente e inexperto que lo encendía y hacía desear más.

No sabía si Jungkook había despertado o estaba reaccionando aun entre sueños, sea como fuera, Namjoon siguió con ello. Se sorprendió al sentir una mano recorriendo su amplio pecho con cierta timidez, pero terminó sonriendo satisfecho a mitad del beso. Sujetó al menor por la cintura con ambas manos, razonando que fue hecha a la medida justa para tomarla de manera perfecto.

Todo en Jungkook le parecía perfecto.

De un momento a otro sintió que el cuerpo más pequeño se tensaba y lo siguiente fue cómo intentaba alejarlo de encima empujándolo con ambas manos contra su pecho. Lamentablemente su fuerza no se comparaba a la de Namjoon por lo que sólo consiguió que dejara de besarlo, y por decisión del moreno fue que salió de la cama.

¿Q-qué estaba... Jungkook se limpió la boca con una mano de una forma brusca ㅡ. ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué intentaba hacer conmigo? ¡Es un maldito degenerado!

En sus manos | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora