Capítulo 17.

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Tener a Jungkook de vuelta en casa hacía que Namjoon sintiera una gran paz, o por lo menos en ese aspecto. El chico volvía a su lado pero el misterio de quién es el traidor seguía sin ser resuelto.

Aquel asunto daba vueltas y vueltas en su mente ocasionando un molesto dolor de cabeza mientras intentaba preparar la cena para su novio, quien se divertía junto al cachorro en el patio.

Mierda murmuró el tatuado al notar que la pechuga de pollo comenzaba a pegarse a la sartén.

¿Seguro que no quieres ayuda? la risa de Hoseok se escuchó detrás de él.

Debido a que desconfiaba de Jimin, la persona que solía encargarse de preparar los alimentos para todos, decidió que lo haría él mismo. No quería poner a Jungkook en riesgo nuevamente.

Estoy bien, Jung.

¡Hey, cuidado! Jung saltó inmediatamente de su lugar cuando el aceite parecía cobrar vida y múltiples gotitas estuvieron a punto de caerle encima.

¿Hace cuánto que no cocinas, eh?

Te sorprendería saberlo Kim rió.

Kim Namjoon se encontraba bajo mucha presión, estrés e incertidumbre. Se sentía hirritable y explotaba ante cualquier detalle mínimo. Era difícil asimilar que, alguien tan temido y frío como él, sintiera temor.

Levantó la mirada de la comida y vio a Yoongi sirviéndose un trago, tratando de ser lo más silencioso posible para evitar molestar a su líder. Pero no fue lo suficientemente sigiloso.

Min le habló ㅡ, dile a Jungkook que se vista para salir. Está afuera con Bam.

El hombre asintió y sin pronunciar palabra fue a realizar su tarea.

Llevaré a Jungkook a cenar, esto es una jodida porquería avisó al otro mientras desbloqueaba su teléfono y lo primero que saltó a su vista fue la imagen de Jungkook y Bam que tenía como fondo de pantalla.

Inclusive la espera para el canino fue una larga tortura, su humano había desaparecido de pronto y su otro humano rara vez se encontraba en casa.

¡Bam, ven aquí! gritó Jeon agitando una rama en el aire.

El cachorro ladró juguetón mientras meneaba la cola, mirando atentamente cada movimiento de su amo.

¡Allá va! lanzó la rama entre risas viendo a Bam correr enseguida.

Entonces, el ruido de unos zapatos pisando las hojas secas en el césped llamó su atención, se trataba de Yoongi, el hombre que ocultaba un secreto debajo de esos lentes oscuros.

Desde que Jungkook entró en la casa lo primero que notó fue el rostro herido de Min, su labio roto e hinchado con grandes moretones muy cerca de su ojo derecho. Y sin mencionar los demás golpes que ocultaba bajo su ropa.

Yoongi, hola. Me asustaste...

El señor Kim me pidió decirle que se prepare para salir interrumpió al menor con una voz fuerte, algo contrastante a comparación de su rostro inclinado hacia abajo para evitar su mirada curiosa sobre él.

Gracias, Yoongi. ¿Estás bien?

Lo estoy contestó de inmediato.

¿Puedo saber qué te pasó en el rostro? preguntó sin alargar tanto la conversación.

En sus manos | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora