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Luego de la perdida de sus padres, Lan XiChen tendrá que salir adelante junto a su hermano menor Lan WangJi, de apenas 4 añitos.
Ahora, Lan XiChen y su hermano estan bajo la tutoría de Lan QiRen, alguien con el c...
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Se levantó de la cama, estaba de nuevo en su habitación, su hermano caminaba junto a su madre quién estaba organizando una maleta al parecer, su padre terminaba de arreglar algunos pendientes por llamada telefónica, se limitó a tallar sus ojos para luego acercarse a su madre que estaba sentada con WangJi en sus piernas.
Esto era tan hogareño.
Era tan cálido.
Un sueño hecho realidad, al parecer todo había sido una horrible pesadilla el perder a sus padres.
— Ah, XiChen, hijo. — llamó su madre, le sonrió amorosamente. — Al fin despiertas, no sabía si dejarte dormir más tiempo o despertarte.
XiChen le sonrió cariñosamente a su madre y se acercó a ella, sentándose a su lado, su madre empezó a pinchar los cachetitos de Lan WangJi, quien hacía un puchero con los labios pareciendo disgustado pero en realidad disfrutaba que su madre esté tocando sus cachetes.
— A-Ji, eres tan tierno.— soltó una risa dulce y encantadora, su madre siempre era tan cálida y amorosa con ambos. — XiChen, los extrañaremos mucho.
— Madre, ¿es necesario que vayan ambos? — cuestionó XiChen.
— Ya hemos hablado de esto XiChen, — acarició la cabellera de su hijo mayor. — Necesitamos ir, requieren nuestra presencia allá. No podemos defraudar a los inversionistas.
— Pero madre...
— Oh, que bien que despertaste XiChen. — habló su padre entrando a la sala, jaló una maleta a la puerta y luego guardo su celular en su bolsillo. — ¿Crees que puedas hacerte cargo tú solo de WangJi en nuestra ausencia? — cuestionó.
Dirigió su mirada al menor, quién se aferraba a las prendas de su madre, esta le sonreía y besaba en la frente de forma juguetona.
— Creo que WangJi quiere estar con madre. — habló a la ligera, su madre asintió y sonrió.
— Deberíamos llevarlo, ¿no crees, amor? — le preguntó Madam Lan a su esposo, este suspiró.
— Está bien, podremos llevarlo... XiChen está grande, puede hacerse cargo de él mismo. — asintió, XiChen sintió un escalofrío por su espalda, una sensación extraña lo embargó.
— Padre, madre, no... Yo puedo cuidar de WangJi solo...
— Ah, ya se nos hace tarde, vamonos amor. — dijo su madre, apurada sujetó a WangJi y un bolso, su padre sujetó dos maletas para empezar a salir.
— Cuídate y cuida la casa XiChen, eres todo un hombre. — le sonrió un poco. — Llámanos, te extrañaremos.
— Nos vemos cariño, cuídate, por favor llámanos. — habló su madre mientras cargaba a WangJi, este se despedía con su manita.
