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Lan WangJi se veía obligado a moverse a pesar del dolor punzante en su pierna rota, los ojos no  dejaban el frente, a la espera de que en algún momento apareciera en su campo de visión lo único que sería capaz de alegrarle en ese instante.

Wei Wuxian.

Después de la quema de su secta , la huida de su hermano y la herida mortal de su padre, lo único que necesitaba era verle a él para saber que todo estaría bien.

Que todo mejoraría. Gracias a él.

Sus miradas se cruzaron cuando llegó a la explanada , cada uno al frente de su secta, como discípulos principales de sus respectivas sectas. Aunque Lan WangJi retiro la mirada en un segundo , fue suficiente para él y para calmar su corazón.

***

Las bromas de Wei Wuxian le habian alterado el corazón, y por dos motivos muy contradictorios. Estaba acelerado porque sus burlas hacian referencias constantes a él mismo y a su secta, cosa que le encantaba porque significaba que pensaba en él, que no se habia olvidado de Lan WangJi desde lo que paso en la cacería entre sectas. Y la otra cosa que lo aceleraba era obviamente que no hacía otra cosa que hacer bromas y llamar la atención sobre él, poniendo su vida en peligro innecesariamente, y siendo sincero consigo mismo no le estaba gustando nada ver como otro le causaba dolor a su Wei Wuxian.

Porque si, Lan WangJi consideraba suyo a Wei Wuxian.

Estaban en mitad del bosque, buscando una cueva escondida donde se suponía encontrarían un monstruo al que cazar. Llevaban horas caminando y la pierna de Lan wangJi empezaba a resentirse, por lo que disminuyó la velocidad de su andar y se quedó en el último lugar del grupo. Nadie pareció fijarse o simplemente no le dieron importancia, todos, excepto uno. Wei Wuxian quien se acercó disimuladamente hasta su lado.

- Ven, sube a mi espalda. Yo te llevaré.

- Aléjate de mí.

- Creía que ya habíamos superado esta etapa Lan Zhan. Tu pierna está herida, me fije desde el primer día. Tks... no dije nada entonces, pero llevamos mucho andando.

Lan WangJi siguió andando como si nada, ignorando las palabras Wei Wuxian , un poco de dolor no era para tanto. Podía seguir andando si era lo necesario. Wei Wuxian al sentirse completamente ignorado acelero el paso para volver con sus compañeros de secta. Lan WangJi solo lo miró disimuladamente desde su posición. 

Y eso hizo, hasta qué a gritos y empujones, que le hicieron tener que controlarse para no matar a un estúpido Wen, les ordenaron/obligaron bajar a una cueva.

***

Estaba enfadado. Mucho. 

Tenía ganas de matar a alguien. A un Wen preferiblemente.

Eso era lo que sentía Lan WangJi en ese momento. No solo estaban encerrados con una tortuga gigante mata humanos, sino que además de su ya rota pierna y resentida por la lucha, había que sumarle la herida de quemadura que se había hecho Wei Wuxian al salvar a una chica. 

- ¿Era neceserio que hicieras eso?

- Es una chica muy guapa, su vida se hubiera acabado con una cicatriz así en la cara.

- Pero tú... ¿das igual?

- No es lo mismo, yo soy un hombre. 

- Mi hombre. Creí que no hacía falta decirte esto, pero al parecer si... Eres mío Wei Ying, lo que significa que soy el único que puede causarte dolor o cicatrices.

- ¿ Que.e?

- No dejes que nadie te toque, o me enfadare.

- ¿Lan Zhan? 

- ¿Mmm?

- Vas a hacer que me ponga rojo.

Y la risita dulce que lo acompaño provoco en Lan WangJi la primera reacción a una muestra de afecto dulce y romántica. Unas cosquillas se sintieron en su estómago, y como respuesta Lan WangJi giro la cara y miro hacia la obertura que unía la cueva donde estaban y la tortuga que quería matarlos. Estaba intentando idear un plan para matarla hasta que un movimiento a su izquierda hizo que girara otra vez la cara y mirara al chico a su lado. 

- ¿Qué haces?

- Intentar curarte la pierna, con unas tablas y tu cinta, la sujetaré. 

- ¿Y tú herida?

- Yo estoy bien.

La mirada que Lan WangJi le lanzo a Wei Wuxian hizo que este se pusiera recto, le ofreció la bolsita con medicinas y Lan WangJi cogiendo un poco se la puso en la quemadura del pecho. Inevitablemente Wei Wuxian se quejó de dolor, soltando algunos quejidos y gruñidos. 

- Alguien se está emocionando. 

Wei Wuxian bromeo. Lan WangJi solo lo miro mientras que con su otra mano se colocaba la polla para que dejara de molestarte. Estaba muy cachondo, pero...

- Estas verdaderamente herido. No haremos nada. 

- ¿Ni una mamada?

Pregunto Wei Wuxian con un puchero y cara de perrito abandanado. A Lan WangJi le costo no coger al chico y meterle la polla lo mas profundo en su boca que pudiera, pero resistió el impulso. 

- Nada.

Dijo mientras volvía a recolocar su pene entre sus túnicas. Aunque la incomodidad de su polla erecta y sin futura liberación le molestaba y conseguía mantenerle al limite de su autocontrol, estaba herido, ambos lo estaban, y como si eso no fuera suficiente, tenían que idear un plan para luchar contra la tortuga y salir de allí, vivos. Necesitaban toda la concentración, energía y tiempo del que disponían. 

Ni las quejas ni las afirmaciones de que estaba bien le funcionaron a Wei Wuxian para que Lan WangJi cambiara de opinión y le tocara más allá de lo estrictamente necesario para la supervivencia de ambos. 








Dolor - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora