5. La mansión de Kid

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  Antes de que Maka pudiera responder a la pregunta retórica de Kid, una voz detrás de ellos, un tanto molesta, aparecía.
-¿Por qué no van a la biblioteca?- cuestionó.
  Al darse vuelta, llamando la atención de los cuatro, pudieron ver que se trataba de Soul, la guadaña lucía indiferente pero el tono de su voz lo delataba.
-Porque será más cómodo en la mansión de Kid, ayer apenas pudimos conseguir lugar- respondió Maka.
-¿Más "cómodo"? Aún así estuvieron cuatro horas allí. Como sea, nos vemos.- terminó de hablar Soul, yéndose antes de que pudieran decirle algo.
-Bueno- Kid rompió el silencio que dejó la guadaña-¿Vamos? Antes de que sea más tarde.- todas asintieron y siguieron al shinigami, quien al llegar a la puerta, la sostuvo y dejó que pasaran primero.

  Una vez afuera, las hermanas preguntaron si iban a ir caminando o en Beelzebub, ya que la mansión quedaba lejos del Shibusen. Maka parecía no animarse a subir al skate, así que Kid llamó a un chofer. Una gran limusina negra y con el logo de shinigami sobre el capó llegó, elegante y brillante, como Kid. El chofer bajó y abrió la puerta para que todos entraran, y una vez dentro, Liz habló:
-¿Por qué nunca vamos en auto? Es mucho más cómodo que convertirse en pistola.-
-¿Por qué iríamos en limusina al Shibusen si tengo a Belzebuub? Además así no llamamos demasiada atención.- respondió Kid.
-Moh, ¡pero siendo pistola no puedo pintar jirafas!- se quejó Patty.

  Kid estaba cansado de oír quejas, y recién era la vuelta a su casa, sumado a que no había dormido en la noche, no era el ser con más paciencia en ese momento.
-La verdad es que siempre llamas la atención de la gente, da igual si vas o no en limusina- agregó Maka, captando la atención de Kid y el apoyo de las hermanas. El joven shinigami no dijo nada, y controló su molestia, no quería tener problemas con Maka, y menos ahora que recién estaban empezando a estudiar. 

  El chofer frenó y bajó, abriendo la puerta y dando a entender que ya estaban en su destino, las hermanas bajaron primero y se adelantaron a entrar a la mansión, mientras que Maka se quedó observando con detenimiento el exterior, era increíble, aunque ya había estado ahí, esta vez le prestó más atención y también se sentía distinto. Kid bajó, agradeció al chofer, y llamó a Maka, sacándola de sus pensamientos, ofreciéndole entrar. La mansión parecía más grande que la última vez que estuvo allí, Kid la guió por el largo pasillo lleno de puertas, algunas escaleras y nuevos pasillos, era en verdad un laberinto, cuando por fin llegaron a la biblioteca, la meister rubia quedó asombrada por el tamaño de la habitación y por la cantidad de libros perfectamente ordenados que habían.

-Puedes revisar todo lo que quieras, ahí está el escritorio, espero que todo esté aquí- Dijo Kid, con total indiferencia.
-Okay, pero, ¿vas a algún lado?- preguntó curiosa.
-A la cocina, iré por unos bocadillos y algo para tomar.- respondió él, dejándola sola en la gran habitación. Ella estuvo viendo cada estantería con gran curiosidad, estaba maravillada con una sección en especial, ahí habían un montón de libros que ya había leído y otros tantos que eran sus preferidos, además de algunos desconocidos pero intrigantes. Juntó cada libro que podía servirles a la hora de estudiar, y al llegar Kid con un carrito lleno de bocadillos y opciones para beber, comprendió por qué demoró tanto en volver, lo que preparó era un lujo.

-Antes de estudiar pensé que podríamos merendar, así después estudiamos de corrido las dos horas que acordamos.- sugirió él, acomodando los platos en el escritorio.
-Buena idea- contestó ella, sonriente. Se la veía radiante, era notorio que estaba encantada con el lugar.

  Cuando terminaron de merendar, Maka ayudó a quitar los platos y limpiar el escritorio, trayendo los libros que había buscado, mientras Kid estaba ocupado acomodando las cosas en el carrito y moviéndolo a un costado.

-Por cierto, hay un libro que no encontré, supongo que podríamos saltearlo por hoy- dijo ella, mientras acomodaba libro por libro en orden.
-¿Cuál es?- preguntó él, inconforme, era raro que le falte un libro con los que habían estudiado el día anterior.
-Este- señaló Maka, tenía consigo un listado de libros.
-Ah, acompáñame- respondió él.
 
  La guió por el largo pasillo una vez más, pero esta vez el camino no fue tan largo, entraron en una habitación casi tan grande como la sala de estar, y de más está decir que también era perfectamente simétrica.
 
  Ingresaron, la cama era inmensa e impecable, y mientras Maka observaba todo con asombro, Kid habló:
-Es mi habitación. De este lado tengo una pequeña biblioteca, ayúdame a encontrar el libro-
 
  Muda, se acercó a Kid, la "pequeña" biblioteca de pequeña no tenía nada, era media pared, dividida por un gran armario que estaba en medio. No podía creer la cantidad de libros que tenía en frente suyo. Luego de unos minutos buscando, ella lo divisó.
-¡Lo encontré! ¡Está ahí!- avisó emocionada, el libro se encontraba arriba, por lo que en puntitas de pie intentó alcanzarlo, pero una mano le ganó. Se giró y se encontró con Kid, por primera vez se sintió pequeña, jamás lo había visto desde tan cerca y en esa posición, por lo que recién ahí se dio cuenta de lo alto que era en comparación a ella.
-Ah- fue lo único que pudo pronunciar, llamando la atención de Kid, quien no había notado que prácticamente la arrinconó sin intención contra la biblioteca de su cuarto.

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Jujuju
•Mitsu~

Pareja por ExamenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora