M A N I A C > [Scarzzie]

"Está de vuelta."

Justo cuando todo parecía salir bien, Jarvis regresó.

Así de simple. Sólo regresó. Sin previo aviso, sin suavidad, llegó con todo haciendo mis tímpanos doler, provocando que mis ojos se cerrasen, y haciendo que mis manos se restregaran peligrosamente contra mi nuca.

— Debo resolver algo sobre la organización de la noche, ¿te veo ahí?

"Está mintiendo, claramente está mintiendo"

Aquel chillido agudo que conforme más palabras pronunciaba más áspero se iba haciendo se coló entre las palabras de Scarlett.

Se que está mintiendo, lo sé ahora.

"Se burla de ti... Todo el mundo se burla de ti, ¿te has acostumbrado?"

— Lizzie... ¿Escuchaste lo que te dije?

Sentí la suave piel de Scarlett acariciar mi abdomen de arriba hacia abajo, logrando erizar la zona... junté mis ojos atemorizados a los suyos, pero ella no pareció notar nada. Me comenzó a abotonar su camisa como si fuese una simple niña pequeña, ambas estábamos cerca, Scarlett no dejaba de acariciarme y eso me gustaba, me gustaba mucho.

El bullicio en mi cabeza disminuyó cuando pude concentrarme en su tacto, fue entonces cuando deseé que se quedara conmigo en aquel cuarto toda la noche.

Deseé poder ser más de lo que era, deseé poder ser más como ella y así decirle lo mucho que me gustaba. Lo mucho que había disfrutado el estar a su lado, las ganas que tenía de que durará para toda la vida, o al menos cada minuto que pudiera ofrecerle.

Pero ella solo había tenido sexo con cualquiera.

Yo acababa de hacer el amor.

— Si, claro... Te veo más tarde.

De manera torpe dude sobre cómo despedirme, finalmente ella dejó un beso en mi mejilla y cerró la puerta tras mío.

Entonces de nuevo el bullicio relleno el momentáneo silencio que había conseguido.

"¿Me extrañaste? Debiste haberlo hecho, o de lo contrario no estarías permitiéndote lo que acaba de suceder."

— Jodete — Murmure por lo bajo escondiendo mis manos entre mis mangas mientras caminaba por aquel pasillo — y cállate.

"Tú cállate."

— ¡Tú cállate!

"Shhh... Debemos llevarnos bien, mira, tras el árbol"

De manera instintiva mi vista se clavó en aquel árbol a unos metros de mí.

"¿La vez? Se ha enterado de que estás aquí, ha traído a los soldados... Creo que quiere matarte, Lizzie, creo que quiere matarnos."

— ¡Mierda! — me quejé en voz alta golpeando el barandal — ¡lárgate, joder... ¡Debo conseguir las pastillas! Estúpidas pastillas.

Intenté continuar mi camino hacia el cuarto de habitación, pero Jarvis me lo impidió.

"Está justo ahí, mira... ¡HOLA FLORENCE!"

— ¡CÁLLATE! ¡No la saludes, no la saludes!

"Ahí viene, Florence, oh Florence... Creo que Lizzie estuvo pensando mucho tiempo en ti, pero no aprendió nada pues aún continúa asustando a la gente."

De un momento a otro la imagen de Florence Pugh acercándose a mí con el ceño fruncido, las manos en puños y aquella sonrisa de burla acompañada con una mirada de asco con la que siempre solía mirarme apareció frente a mí vista.