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Recuerdo agridulce.

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⚠ En esta historia todo es ficción (fue creado por mi cabecita ya que aún no se da a conocer muy bien el pasado y la historia de la familia Akashi).
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Se miró al espejo una vez más, peinó su cabello corto y de color blanco, algo raro pues su hermano mayor tenía el cabello negro. Su hermana y el habían heredado el color de cabello de su madre. Los mismos ojos de su padre y un recuerdo doloroso.

Unos golpes en la puerta lo hicieron salir de su trance.

- Haru el desayuno ya está listo - la voz femenina de su hermanita Senju hablándole. Las pisadas alejándose y el silencio de la habitación otra vez.

Escucho la voz de su hermano mayor hablándole a su hermana, no entendió muy bien lo que decían gracias al sonido de los platos y sartenes chocando varias veces.

Salió del baño ya listo para irse a estudiar.

La familia Akashi conformada por el mayor de los hermanos Takeomi, el segundo hermano Haruchiyo y la menor Senju.
Sus padres habían muerto hace algunos años gracias al conflicto que tuvieron con otra empresa. Malas jugadas, cosas ilegales ninguno de los hermanos lo sabía, sus padres habían muerto y ahora sólo se tenían a ellos mismos.

Para su suerte sus padres habían dejado propiedades y una buena cantidad de dinero pensando en sus hijos, sabían que si algo les pasaba al menos sus hijos no quedarían desamparados. ¿Una buena elección?, posiblemente.

Después de la muerte de los señores Akashi sus otros familiares comenzaron una lucha por las propiedades que habían dejado para los menores sin tener conocimiento del dinero que habían dejado para el trío. Peleas y más peleas para saber quién debería quedarselas y dejar en la calle a los niños.

Takeomi fue más listo y supo darles pelea a sus familiares hablando con el juez y con quien tuviera que hablar, aún con el dolor de saber que sus padres ya no estarían más para defenderlos, con tan sólo trece años de edad protegió lo que sería el futuro para sus hermanos, en ese entonces Haruchiyo tenía diez años y Senju cinco.

Ahora Takeomi era un joven de diesiete años, Haruchiyo tenía catorce y ahora Senju una señorita de diez años.

Durante esos años Takeomi logró llenar el vacío que había dejado la muerte de sus padres, con mucho esfuerzo pero sobre todo con mucho cariño.

- El desayuno se enfría Senju - el mayor le dio una mirada severa a la albina quien veía de manera entretenida la televisión que estaba en el comedor.

El programa favorito de Senju se transmitía por la televisión de pantalla grande, la menor sentada en una de las sillas frente a la mesa con la boca ligeramente abierta y sus ojos verdes sin parpadear, el desayuno servido frente a ella y sus pies balanceándose de adelante hacia atrás repetidas veces. La falda verde hacia juego con su blusa blanca de la escuela.

𝐒𝐢 𝐦𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐨𝐲 - 𝐒𝐚𝐧𝐳𝐮 𝐱 𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora