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Un encuentro poco casual

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Miradas verde y negro chocaron.

Las mejillas de Sanzu volvieron a colorearse de vergüenza ante la penetrante mirada de la persona frente a él. Fingió indiferencia aunque por dentro se estuviera muriendo de nervios.

El corazón le latía tan rápido, sentía que en cualquier momento su corazón saldría de su pecho. No se preocupo mucho pues sabía que el rubor en sus mejillas era cubierto por la tela negra que se negaba a dejar atrás. Fingía bastante bien sus emociones después de todo.

Estaba, ¿contento?. Realmente no sabía cómo sentirse en aquella ocasión pues no se imaginaba terminar de esa manera y en esas condiciones tan pronto. Sabía que debía ser valiente y dejar su timidez atrás así como muchas cosas más, era un adulto ya no era un niño pequeño e indefenso.

Desvío su mirada con vergüenza y sus manos jugaron entre sí tratando de minimizar las emociones que estaba reteniendo.

- H-Hola - se maldijo por haber tartamudeado y se sentó en la mesa de aquel lugar. ¿Les gustaría su nueva apariencia?.

- ¡Waaaaaa! - el grito de Senju casi lo deja sordo - ¡Se te ve genial hermanito! - el brillo en los ojos de la menor era similar al de una gema preciosa.
Revoloteo de allá para acá sin poder creer que su hermano se perforara ambas orejas.

Takeomi sólo le veía con curiosidad y con un pequeño rubor en las mejillas. Sentía unas ganas de abrazar al menor y decirle que se veía genial. Su hermano había sufrido mucho por su apariencia en el pasado y gracias a las constantes burlas y preguntas sobre sus cicatrices Haruchiyo se negaba a dejar de usar la mascarilla. Que él quisiera cambiar su apariencia era sin duda un gran alivio para el corazón de Takeomi pues a sabia que Sanzu estaba avanzando.

- Es una gran sorpresa - trago grueso ante el repentino nerviosismo que estaba sintiendo en ese momento - Pero te ves genial, es... Es maravilloso.

La suave y ligera risa de Senju ayudó a que ambos hermanos dejaran atrás su timidez. Había sido muy difícil recuperar la confianza y normalidad con la que vivían antes de aquel terrible accidente que había marcado sus vidas para siempre. En especial la vida de Haruchiyo.

Se sentaron en la mesa como la pequeña familia que eran.

- ¿Les digo que es maravilloso? - ambos hombres voltearon a ver a la mujer.

La casa Akashi había cambiado mucho en aquellos años. Haruchiyo sentía la total confianza de dejar su rostro al descubierto ya que después de todo estaba con sus hermanos.

- Estamos reunidos después de mucho tiempo y Takeomi se va a casar - sin duda la albina y única mujer de aquella familia era la más alegre y risueña.

Su actitud infantil se debía a Takeomi quien no duda en consentir a la última miembro de su familia. Senju no recordaba a su madre ni a su padre así que Takeomi se había encargado de llenar aquel vacío con su cariño.

𝐒𝐢 𝐦𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐨𝐲 - 𝐒𝐚𝐧𝐳𝐮 𝐱 𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora