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Bienvenido a casa.

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Como era de esperarse al día siguiente Manjiro estaba inquieto. Se le permitió levantarse de la cama para poner sus piernas en movimiento y poder acostumbrarse nuevamente a los esfuerzos físicos.

Camino de un lado a otro, de derecha a izquierda intentando alejar aquella sensación tan horrible. Limpio el sudor de sus manos con la bata blanca del hospital, Shinichiro estaba terminando de firmar unos papeles para su salida e Izana venía en camino con un pequeño bolso con ropa.

- De acuerdo... - se habló a sí mismo, coloco un mechón de su cabello atrás de la oreja deseando tener un espejo. ¿Su apariencia estaría totalmente arruinada? - No pasa nada, solo son imaginaciones tuyas. Solo hay que comenzar de nuevo, ¿bien?.

Se sentó en la cama donde hace algunos dias debía de estar en reposo absoluto. Balanceo sus pies como un niño pequeño intengando ahuyentar los escalofríos que le molestaban en la espina dorsal. Respiro un par de veces con profundidad.

No todo estaba perdido, ¿o si?, es decir.

Su marido lo había engañado con su hermana, había perdido valioso tiempo con sus amigos sólo para darle gusto a Draken. Ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar bien a sus hermanos pues ahora Shinichiro iba a casarse e Izana estaba muy ocupado con la universidad. ¿Como permitió que sucediera todo eso?.

El amor le había quemado las neuronas.

El sentimiento de amargura y tristeza estaba ahí nuevamente, recordándole lo ingenuo y estúpido que había sido. Se caso muy enamorado y había terminado de la peor manera posible.

- Vaya mierda... - el viento se había llevado aquel susurro lleno de tristeza. Cansado de llorarle a su ex marido, cansado de pensar su hermana. Ya no se sentía con ganas de seguir con el mismo asunto y derramarle lágrimas al rubio de trenza ya no era su pan de cada día.

Sin embargo aquel sentimiento que le indicaba que algo malo iba a suceder seguía picandole el corazón como una molesta astilla en el dedo.

Volvió a ponerse de pie y en el proceso se tambaleó, un pequeño mareo producto de su enfermedad. ¿Que si estaba embarazado?.
Para nada, el no sabía lo que eran las relaciones sexuales, su marido nunca lo tocó. Sabía que él cuerpo de Emma era más bonito que el suyo.

Suspiro con molestia y se regaño mentalmente. No debía permitirse caer nuevamente por Emma y Draken. Debía dejar de pensar en ambos por su bien solo hasta que realmente su corazón sanará pues su perdón ya lo habían obtenido ambos. Odiar no le traería nada bueno a su vida y desearles lo peor era rebajarse a un nivel demasiado bajo.

Tomó entre sus manos el libro algo pesado y tan bonito, acarició la portada con cariño recordando como se lo habían entregado. No pudo evitar sonreír con sinceridad, abrazo el objeto con fuerza y como si fuera por arte de magia el rostro de Haruchiyo adulto vino a su mente calmado un poco aquella sensación tan molesta en su corazón. No había necesidad de cerrar los ojos, a su mente el rostro del Akashi se plasmó con claridad.

𝐒𝐢 𝐦𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐨𝐲 - 𝐒𝐚𝐧𝐳𝐮 𝐱 𝐌𝐢𝐤𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora