La vida a veces nos lastima, pero también nos puede compensar.
Desde ese día me hacía el amor, pero ya no con tanta urgencia, ya no salíamos, pero estaba entusiasmada en el proyecto. No sé si se daba cuenta que no le alcanzaba el tiempo para realizarlo, quizá sí, pero le gustaba soñar y esta vez no iba a ser yo la que la iba a despertar.
De noche cuando no hacíamos nada, se acurrucaba contra mí como si tuviera frio, yo la arropaba, dormía sin camisón para que sintiera el calor de mis senos, apoyaba la cabeza ahí y se dormía con esa sonrisa que me llenaba de ternura, me hacía la idea que le daba placer, el mismo placer que sentía yo al ver que me necesitaba para cobijarla y estaba ahí para hacerlo.
Ya faltaba poco para tener que ir a otra sesión a Suiza. Ya había terminado el proyecto del hogar para los niños. Me lo mostró contenta.
-Tienes que hacer todos los cálculos, creo que no vas a tener que cambiar nada, esta vez mis sueños no volaron tan alto.
- Mirándolo así está demasiado lindo para cambiarlo, de ultima será que me tenga que echar a volar yo.
- Pues vete aprendiendo porque lo vas a tener que hacer tú – me besó tiernamente, ahí me di cuenta que sabía que no le iba a dar el tiempo, pero en ese beso me transmitía la facultad de soñar por ella.
Preparó todo para ir nuevamente a la clínica, no la veía bien, la quise acompañar, pero no quiso, al fin pude convencerla que la acompañara Andrea, quería estar al tanto de lo que estaba pasando, si me decía que estaba mal, quiera o no quiera iba a ir.
No pasó nada, al revés esta vez solo estuvo cinco días. Volvió contenta, o al menos lo parecía. Me pidió si podía cocinar y así comíamos en casa, que la comida mía le gustaba más que la que comíamos por ahí. Íbamos un rato a la empresa y volvíamos a casa para almorzar. A la tarde nos quedábamos en la pileta, acostadas en unas tumbonas que pusimos pegadas para estar juntas.
Un día que estábamos por comer me salió con que le agarró un temblor los brazos, me asusté
- ¿Te duele, quieres que llamemos al médico?
- No seguro que se me pasa, pero tengo miedo que se me caiga la comida – la miré y ponía cara de niña sufrida
- Entonces te voy a tener que dar de comer yo.
- Si quieres, mucha hambre no tengo – era como si volviéramos al comienzo, eran mimos, y ella sabía que yo lo sabía, pero era un placer para mí dárselos, ojalá fuera como la vez anterior, cuando el futuro era nuestro y había un futuro
- Tienes que comer, deja que te doy – le iba dando y comía con una satisfacción como si fuera el mejor manjar.
A la noche antes de ir a la cama me pedía que nos quedáramos a ver un poco la tele, se sentaba en mi regazo y me miraba a mí en vez de la televisión – cuando le preguntaba
- ¿Qué me miras, tengo algo? – me contestaba con una sonrisa picara
- Me gustas ¿no te lo había dicho? – y me besaba con una mirada traviesa como si estuviera por hacer una diablura. Me hacía gracia y esos días fueron hermosos aun sin tener sexo en ningún momento, sabía que fumaba, pero no lo hacía por placer sino por necesidad y hacía como que no me enteraba.
El viernes fuimos a la empresa, quería ver una cosa que se le había ocurrido para el hogar de niños. Yo también tenía unos pendientes que arreglar y aproveché. Quería salir temprano porque me había pedido que le hiciera unos mejillones con alioli. Fui a buscarla para irnos a casa, la saludé a Andrea y a Beth que tenía una cara como si le doliera algo, le pregunté si le pasaba algo, pero dijo que no era nada, una molestia pasajera nada más.
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SIEMPRE TE AMARÉ JULIANTINA
FanfictionDonde el amor es puesto a prueba. Juliana tendrá que pasar por una prueba grande y debe demostrar que será capaz de amar más allá de la muerte.