cap 13

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Amanece que no es poco, y sí, es el amanecer en la vida de Valentina y Andrea

- Andrea, entiéndeme, Juliana era única, nos amamos hasta el final, para mí era todo, pero se murió, nadie va a ser lo que fue ella, y tampoco quiero que lo sea; la amé mucho y la extrañé mucho, pero ahora me enamoré de ti, y cuando me despierte a la mañana, no quiero encontrar a mi lado un fantasma o una mala imitación de ella; quiero encontrar a la mujer que amo, quiero encontrarte a ti.

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- Valen, mi amor, siempre me vas a encontrar a tu lado, te quiero con toda el alma. – nos quedamos abrazadas mientras bebía de sus lágrimas (era una llorona total y creo que le gustaba darme de beber con sus ojos). Estuvimos un rato aprovechando la calidez de nuestros cuerpos.

Después de comer aprovechamos para ir hasta su departamento a buscar lo más imprescindible y preparar lo demás para el traslado. Pasamos la tarde haciendo paquetes y llenando cajas. Volvimos con lo más necesario y bastante cansadas. No tenía ganas de cocinar y creo que ella tampoco.

-Vida, te invito a cenar a un restaurant que se come muy bien.

- ¿Es una cita?

- Para cita, la invitación llega tarde, pero el propósito es que termine con toda la mala intención cómo si lo fuera.

- Uhm…no sé qué mala intención tendrá, por las dudas me voy a dar una ducha, ¿qué hago ingeniera, me la doy sola o ahorramos agua?

- Doctora si queremos ir a cenar mejor désela sola, sino vamos a llegar para el desayuno. – era cierto, no me animaba a bañarme con ella y salir tranquilamente como si nada. Salió envuelta en la toalla y evité mirarla, aun después de la faena de la mañana me sobraban ganas, pero la había invitado.

Me llevé la ropa al baño para no tener que cambiarme delante de ella y no precisamente por ella. Cuando salí estaba completamente vestida.

-Qué vergonzosa, con las ganas que tenía de verte desnuda.

- Si me sale bien la cita, te voy a demostrar lo vergonzosa que soy – se echó a reír, salió coqueta moviéndose provocativamente, corrí para abrirle la puerta del coche (me acordé de cuando Juls me estaba seduciendo, y me quería ver bien en ese papel) y entró como una princesa. Llegamos al restaurant y seguí con mi papel, le separé la silla para que se sentara y recibí su sonrisa de premio.

- Valen, ¿no te importa que sepan que somos pareja?

- La verdad no me importa mucho, lo único que me importa es que lo sepas tú, ¿te incomoda que lo sepan?

- Pensé que me iba a incomodar más, pero la verdad, ni me va ni me viene.

Comimos contándonos un poco lo que no conocíamos de nuestras vidas, no quise ahondar mucho en el pasado; había pasado, ¿y para qué?

Volvimos a casa y me apresuré a tratarla como una reina. Me encantaba sentirme seductora, podía parecer una tontería porque no lo necesitaba, pero me hacía sentir que el peso de la relación lo llevaba yo; no por ser dominante sino por considerar que era yo la que tenía que protegerla.

Era nuestra segunda noche y fue mejor que la primera. Las lecciones de la mañana se las había aprendido bien y las supo aplicar. Nos dormimos rendidas pero contentas. A la mañana apenas abrí los ojos la vi mirándome.

-Estaba esperando que se despertara mi hermoso ángel para alegrarle el día

- Andy mi amor, no me digas que por alegrarme el día a mí, te vas a despertar siempre antes que yo.

SIEMPRE TE AMARÉ JULIANTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora