cap 12

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El sol vuelve a salir en la vida de Valentina.

-Valen, ¿qué te pasa? – Andrea se sentó a mi lado - ¿sabes una cosa? Juliana no hubiese querido verte así, ella sobretodo quería que fueras feliz, que te acordaras con alegría lo que vivieron, y que volvieras a vivir con la misma alegría, si te está viendo, la estás poniendo triste – me abrazó, apoyé mi cara sobre su hombro, estaba bien, sintiendo sus caricias mientras me susurraba al oído. Apoyé una mano sobre su otro hombro y me dejé estar; estaba tan bien que me podía quedar horas así – valen, tienes que darte cuenta que la vida sigue, que ahora que terminaste con el hogar que era el sueño de ella, hay un montón de cosas que puedes hacer para que la empresa crezca, te necesitamos, tú tienes que dirigir todo, es lo que hubiese querido Juli – sus labios casi estaban apoyados en mi frente y los míos le daban el aliento a su cuello, fui dejando caer la mano como al descuido hasta abarcar su seno; su palpitante  pezón se puso rígido, floreciente, marcaba los latidos de su corazón, se estremeció, me acariciaba con más vehemencia y yo asimilaba su ternura en las caricias. Me deshice del abrazo levantándome y apoyándome todavía más en su pecho, soltó un suspiro. No hice caso.

- Tienes razón, ya me acostumbré a despreocuparme de todo y dejar que lo resuelvas tú, supongo que eso ya te está cansando.

- ¡No! Valen, ¿cómo puedes pensar eso? No te preocupes, si quieres descansar descansa, te lo dije para no verte triste como ahora. Para que estés más animada, mira como de mi hiciste una nueva Andrea, tú también puedes animarte y empezar de nuevo

- Sí, tienes razón; mira mañana quizá no venga porque quiero terminar de arreglar unos pendientes, y a ver si el viernes viene una nueva Valentina.

Salimos de mi oficina cuando llegaba Beth, la saludamos, y me quedé con ella conversando. Andrea se había ido por lo que estábamos solas.

- ¿Qué paso?

- Nada, que iba a pasar, estábamos conversando.

- No llevaba cara de nada, algo tuvieron ustedes dos

- Pero no Beth, me estaba consolando porque me vio triste.

- ¿Solamente consolando o te sacó la tristeza? Por qué a mí me parece que te quiere.

- Pues no me dijo nada, quizá sean ideas tuyas

- Valen, mira que no es Julians, no esperes que trate de seducirte porque no lo va hacer; si la quieres vas a tener que remangarte tú.

- ¿Y de dónde sacaste que la quiero?

- ¡No, no! deben ser ideas mías; solamente te digo que no esperes ser siempre la seducida y anímate a ser por una vez la seductora. – hablamos un poco más y me fui a casa.

Preparé algo para picar y me abrí una botella de vino. Estaba como liberada, lo que había tomado como cometido estaba cumplido, ahora solo tenía que ocuparme de la empresa; y a lo mejor de mí.

Me había sentido muy bien arropada por Andrea; me podía acostumbrar a eso, pero como dijo Beth, ella nunca se iba a animar a decirme algo (era muy formalita y tímida) y bueno, el que quiera pescado que se moje, tendré que mojarme.

El viernes llegué antes que todos, subí por mi ascensor, nadie sabía que ya había llegado, a eso de las diez llamé por el interno.

-Dra. Cuevas, por favor me trae el legajo de la firma Transfil, me gustaría que me lo leyera. – entró con una sonrisa.

- Buen día, ¿cómo te va? ¿llegó la nueva Valentina?

- No, Valentina no viene más, llegó la ingeniera Carvajal y quiere que la Dr. Cuevas le lea ese legajo – se quedó dura al borde de las lágrimas, pero se sobrepuso, iba a empezar a leer, cuando le dije.

SIEMPRE TE AMARÉ JULIANTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora