t r e i n t a y n u e v e

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YoonOh se había quedado junto a TaeYong desde que EunWoo y sus hombres se fueron. Lo dejó únicamente para ir a la cocina, ya que lo había convencido de comer algo de sopa, así que corrió para calentarle un plato.

Escucharon el timbre e intercambiaron miradas. YoonOh se levantó y abrió con una pequeña sonrisa, imaginando que XiaoJun estaría ahí, pero al no verlo por ningún lado, su expresión cambió radicalmente. Se hizo a un lado para que pudieran entrar y caminó detrás de ellos hasta la sala.

TaeYong estaba de pie frente al sofá, jugaba con sus manos nervioso e incluso una pequeña sonrisa adornaba su rostro, pero cuando no vio a su pequeño, se dejó caer en el mueble. Colocó sus codos en sus piernas y hundió su rostro en sus manos.

YoonOh corrió hacia él y se sentó a su lado para comenzar a acariciar su espalda.

—Actuamos lo más rápido que pudimos, pero ya se habían ido—EunWoo hizo una gran reverencia—. Seguiremos buscándolo...

TaeYong apretó con fuerza sus puños hasta que sus nudillos de tornaron blancos y se levantó para subir a su habitación.

YoonOh se disculpó con los hombres y suspiró antes de pedir más detalles.

—¿Alguna pista sobre a dónde se lo pudo haber llevado?

—Tenemos la pista de que él y su cómplice se fueron con XiaoJun en un auto negro de marca extranjera. Lo rastrearemos y daremos con el nuevo escondite.

—¿Cómplice? —frunció el ceño. Por lo que TaeYong le había contado, JongHyun era una persona solitaria y su único amigo no se prestaría para algo así.

—Una chica delgada con cabello castaño y muy bella, según los testigos. La presentaba como su hermana o como su novia.

YoonOh asintió aún con el mismo gesto.

—¿Y ya tienen idea de dónde está el auto?

—Llamé a mi superior para conseguir una orden—vio el gesto de disgusto del castaño—. Si pudiera, iría ahora mismo a seguir cualquier auto negro que apareciera en la ciudad, pero no puedo hacerlo, YoonOh...

—Entiendo—torció la boca y miró hacia el suelo.

—¿Podemos hablar a solas?

—Claro—le indicó con la mano que fuera hacia la cocina y caminó detrás de él.

El pelinegro soltó un suspiro pequeño y miró al suelo antes de hablar.

—Me quedaré en la entrada por si JongHyun se aparece.

—No creo que sea necesario.

—Investigué sus antecedentes y es una persona muy impusilva... No quiero que te haga, que les haga daño—corrigió rápidamente.

—Está bien—bufó—. ¿Puedo invitarte algo de beber? A ti y a tus compañeros...

—No, gracias. Les diré que ya pueden irse.

YoonOh asintió y volvió a la sala con EunWoo detrás. Esbozó una sonrisa al ver a su novio sentado en el sofá de una pieza, pero al parecer el mayor no estaba feliz de verlo.

EunWoo les dió la orden a sus hombres para que se fueran, a excepción de uno de ellos, que se quedó con él para vigilar la casa.

—Cariño—lo llamó con el tono más dulce que podía—. No terminaste tu sopa—YoonOh recogió el plato con una mueca—. ¿Te preparo algo más?

—No—subió sus piernas al sofá y las abrazó contra su pecho.

YoonOh suspiró, pero asintió y se sentó a su lado. Gracias al cielo su móvil sonó y rompió con el incómodo silencio. Johnny le había enviado un mensaje para decirle que irían con un pequeño pastel para celebrar el cumpleaños de su sobrino y le tuvo que responder que estaba con su familia, pero que seguramente a TaeYong le haría bien verlos, así que los invitó a cenar.

Bizarre [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora