"I will always feel the same, love you forever and forever, love you with all my heart"
Miqueas Weber
En algunos días ya comenzarán las clases, así que, con Aaron pensamos en aprovechar con plenitud lo que nos queda de vacaciones paseando y yendo de aquí para allá.
—¿Mik, ya estás listo? —Pregunta mi precioso novio por enésima vez desde mi cama.
—Solo dame dos minutos.
—Eso dijiste hace media hora... ¿Por qué tardas tanto?
—Me gusta arreglarme, ¿cuál es el inconveniente?
—Que me dices una hora y terminamos yéndonos una hora después.
—Por eso te digo una hora antes.
Oigo que resopla una vez más con cansancio y sonrío frente al espejo.
—Estás obsesionado con tu cabello. —Afirma parado en la entrada de mi baño.
—Imagina si hay un manager de modelaje en la calle y me ve y se queda hipnotizado por mi perfecto cabello y mi hermoso rostro y termina pidiéndome que sea modelo, podría pasar, así que necesito estar preparado por si ocurre.
—No necesitas esforzarte para estar preparado, si ya pareces modelo de por sí.
—Aaron, no puedes decirme cosas tiernas ahora, ¿no ves que me estoy peinando para que seamos ricos? —Logro ver su bonita sonrisa y regreso mi vista el espejo.
—Sigo sin entender muy bien si tengo un novio o una novia.
Resoplo ofendido.
—Soy un maldito hombre Aaron, tengo un jodido pene, ya lo has visto, tienes evidencias, ¡deja de compararme con una mujer! —Lloriqueo aflojando mis hombros.
Aaron comienza a reírse y mira los productos que hay sobre el mueble del espejo.
—¿Todos son para tu pelo?
—La mayoría sí. Los otros son para mi cara.
—El que puede puede, y el que no cricrica.
Río destapando un spray para aplicarlo sobre mi perfecto cabello.
—De acuerdo, mira, ya estoy listo, súper rápido ¿Ves?
—Eso es porque eres rubio, los rubios están absortos con su imagen.
—¿Acaso me estás discriminando por el color de mi cabello?
—Claro que no. Rubio.
—Pues que quede claro, peli-negro, que el que tiene ojos claros eres tú.
—¿Sabes qué? Da igual, amo tu cabello. ¿Ya nos vamos? —Cosas que pasan cuando él se cansa y quiere ir al grano.
—Ajá.
Me pongo desodorante y perfume para que acto seguido, Aaron se acerque y me olfatee por todos lados.
Me cuestiona si me he puesto protector solar y asiento mientras bajamos a la planta baja. Gracias a Sofí, nos hemos cuidado mucho nuestro cuidado facial.
—Tengo que cortarme el pelo. —Comenta corriéndose mechones oscuros de sus ojos verdes.
—O cambiar de peinado para no tenerlo que hacer muy seguido.
—¿Te imaginas si tuviera otro peinado?
—Pues no sé, pero estás muy bueno, cualquier cosa te quedaría más que bien.
ESTÁS LEYENDO
Norte & Sur
RomanceSon auténticos polos opuestos porque ni siquiera los libros y el chocolate coinciden; o la antipatía y la coquetería; o la inocencia y la depravación. Aunque, a lo mejor, las confusiones y las inseguridades puedan tener que ver. Pero, siendo claro...