Último capítulo (AYUDA)
Aaron García
No sabría cómo definir mi estado.
Son muchos sentimientos que procesar... pasaron tantas cosas. Yo... no sé, me siento desbordado y vacío, así de contradictorio.
Son solo cinco horas en avión.
Sabemos que será complicado, tendremos tantas dificultades...
Yo no quiero dejarlo... no quiero que me deje.
Simplemente quiero llevarlo conmigo a California.
Dios, ¿por qué esto se siente tan doloroso?
El recuerdo cuando se lo dije a Mik me resuena en la mente: fue como si se apagara y luego comenzó a llorar, tan despacio, silencioso, melancólico. Ni siquiera sollozó. Me abrazó por horas sin dejar de llorar, no dijo nada.
—No te muerdas las uñas... —murmura mi abuela tranquilamente.
Alejo mis dedos de mis dientes y busco con la mirada al rubio. Quien se encuentra sentado, mirando al suelo, con su mentón sobre su puño.
La sensación dolorosa va directa al pecho y trago saliva al sentir un enorme nudo en la garganta.
Creo que desde hoy, odio los aeropuertos.
—Oigan, ¿es mal momento para decir que me da un poco de vértigo los aviones? —Habla con rapidez Milo.
De hecho, iré a la misma universidad que mis tres casi hermanos. No sé si eso llega a cubrir una parte de lo que me entristece dejar a Miqueas aquí... no, no lo hace.
Ian y Gael le responden algo a lo que no le presto atención y Soff se acerca leyendo algo en su celular.
—Ya he repasado miles de veces esta lista que te hice porque soy muy buena amiga, pero por algo que no comprendo, olvide poner protector solar... dime que guardaste tu protector solar —me mira esperanzada y alarmante.
—Sí, lo guarde.
Deja fluir todo el aire que retenía.
—Gracias a Dios, debes cuidar tu cutis Aaron... —me mira un instante mordiendo su labio inferior—. Perdón, pero es que en serio estoy muy nerviosa y triste y a la vez feliz por ti, no quiero pensar que estarás muy lejos de aquí, pero lo estarás y... —se calla para no comenzar a llorar.
—Tranquila Soff... —la estrecho contra mis brazos—. Hablaremos todos los días, como siempre.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo —dejo un beso sobre su cabello que huele a coco.
Se separa y me sonríe de forma tierna, miro sus ojos color cielo, color que siempre me recordará a la amistad de la chica que tenía miedo de ser ella misma, que me recordarán a Sofía Miller.
Le sonrío sin poder desaparecer el semblante triste y ella lo nota, lo bueno es que evita comentar algo ya que de verdad no quiero que me digan nada sobre lo triste y aterrado que estoy respecto a mi relación. Y a todo.
Veo un momento al grupo de adolescentes y adultos y regreso la mirada a mi novio.
Tengo muchas ganas de llorar.
—Aaron, te acabo de enviar unos libros en PDF para que puedas leer en el vuelo si te aburres, aunque muy probablemente lleves unos tres en físico... bueno, la intención es lo que cuenta —dice Hannah antes de encogerse de hombros.
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Norte & Sur
RomantikSon auténticos polos opuestos porque ni siquiera los libros y el chocolate coinciden; o la antipatía y la coquetería; o la inocencia y la depravación. Aunque, a lo mejor, las confusiones y las inseguridades puedan tener que ver. Pero, siendo claro...