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Aaron García
—Aaron, ¿quién fue tu primer beso? —me pregunta Mik acariciando mi brazo.
—No tengo idea, cuando lo di estaba jugando a la botella gracias a Ian, Gael y Milo —veo como sonríe cuando nombro a mis amigos—. Solo sé que fue una chica rubia de ojos celestes.
—¿Cuántos años tenías?
—Catorce.
—¿Y estuvo bien?
—El beso fue corto, pero sí, estuvo bien.
—Luego de eso, ¿diste más besos?
—¿Me ves como una persona que da besos por ahí? —Lo miro con una ceja alzada.
—Todo puede ser —se excusa sonriendo.
Le devuelvo la sonrisa y regreso mis ojos a su pecho.
—Pues no... Milo, Gael y Ian solían decir todo el tiempo que habían muchas chicas que querían besarme, pero a mi me daba vergüenza, así que, a cualquier invitación que incluyera besos con desconocidas, me iba corriendo.
—Pero... —se coloca de lado para usar su mano de apoyo-— ¿no has besado a nadie más después de eso?
—Bueno... antes de mudarnos, conocí a una chica que se llama Grace en un partido de basquet de la escuela...
—¿Cómo fue esa secuencia? —Se interesó más.
—Estábamos en las gradas y... Milo, chocó sin querer con ella tirandole jugo encima. La cosa es que ella tenía un vestido blanco y el jugo era rojo, y cayó sobre su...
—Culo —terminó por mi.
—Pues sí, ahí —carraspee—. Sabrás seducir que su vestido parecía brutalmente atacado por Andrés, por eso le di servilletas y mi chaqueta para que pudiera cubrirse y no sentirse avergonzada.
—Eres todo un príncipe azul. —Se burló.
—Claro que sí —asentí modestamente.
—Bueno, ¿y cómo continuó la escena de película?
—Ella se fue al baño y cuando terminó el partido se acercó para pedirme mi número ya que quería devolverme la chaqueta limpia.
—Eso es considerado e inteligente.
—Acordamos vernos, me devolvió la chaqueta y me invitó a salir algunas veces...
—¡¿O sea que sí saliste con alguien antes que yo?! —Exclama con los ojos más abiertos y la boca en forma de una O.
—Eh... maso menos. —Digo reprimiendo una sonrisa.
—Me siento traicionado... y engañado —dice con indignación poniéndose como una estrella sobre la cama.
Comienzo a reírme y aclaro mi garganta para seguir hablando.
—Solo salimos unas dos semanas, ya que luego me mude aquí.
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Norte & Sur
RomanceSon auténticos polos opuestos porque ni siquiera los libros y el chocolate coinciden; o la antipatía y la coquetería; o la inocencia y la depravación. Aunque, a lo mejor, las confusiones y las inseguridades puedan tener que ver. Pero, siendo claro...